Ciudad de México. Desde el lunes 6 de mayo –dos días antes de los hechos violentos que provocaron la muerte de un estudiante de la UNAM–, grupos porriles habían acudido a las inmediaciones del CCH Naucalpan para arrojar petardos, sin que esas advertencias
hayan servido para que las autoridades municipales tomaran previsiones ante otra posible incursión.
Así lo afirmaron comerciantes que trabajan a las afueras de ese plantel, quienes señalaron que la policía de Naucalpan y del estado de México actuaron tarde
el 8 de mayo para evitar que algún estudiante saliera lastimado.
Durante un recorrido hecho ayer por las afueras del CCH, un día después de la toma de la escuela por parte de un grupo de alumnos, algunos vendedores afirmaron que la llegada de porros ya había ocurrido el lunes 6 y el martes 7, aunque en menor magnitud.
Bajo condición de anonimato, señalaron que ambos días arribaron jóvenes que lanzaron petardos en el túnel vehicular situado a varios metros de la entrada del instituto de educación, que va de la Calzada de los Remedios a la Vía López Mateos; luego se retiraron rápidamente. Pese a ello, lamentaron, no hubo presencia de las autoridades para evitar que esos incidentes se repitieran.
Según sus testimonios, en el ataque del miércoles 8 no sólo perdió la vida un estudiante de la FES Acatlán, identificado con el nombre de Óscar Yael García Alarcón, sino que también fueron agredidos algunos comerciantes ambulantes, quienes salieron corriendo de sus puestos, ante el temor de que los petardos hicieran explotar los tanques de gas que usan para cocinar. Los agresores también rompieron los cristales de al menos cuatro microbuses.
Los jóvenes que permanecen en el plantel indicaron que por el momento no hablarán públicamente hasta no tener un pliego petitorio y un posicionamiento claro sobre el tema de los grupos porriles.