Olac Fuentes Molinar, pionero en la investigación crítica del sistema educativo en México, falleció ayer a los 81 años. Fue un hombre comprometido con el país y la educación, de izquierda, de ideas progresistas y cuyo trabajo deja una profunda huella en el quehacer educativo.
Originario de Chihuahua, estudió filosofía en la Universidad Autónoma de ese estado, en la que también se desempeñó como académico, así como en las universidades de Tamaulipas, Autónoma Metropolitana, Puebla y la UNAM, entre otras.
Fue integrante del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav del IPN, militante de los partidos Comunista y Socialista Unificado de México; rector de la Universidad Pedagógica Nacional y, entre 1992 y 2001, subsecretario de Educación Básica de la SEP, donde actuó como uno de los artífices de la descentralización educativa.
Colaborador y socio fundador de La Jornada, también fue editor de libros académicos y de formación continúa de maestros.
Puso una nota de realismo a la situación de los trabajadores y los estudiantes. Era alguien muy humano, cercano, lleno de alegría y de un humor cáustico
, mencionó Hugo Aboites, otro experto en el sistema educativo, paisano de Olac Fuentes, a quien conoció cuando cursaban la preparatoria en Chihuahua.
En entrevista, Aboites recordó que en el DIE, con su trabajo de análisis, de crítica y elaboración de nuevos libros de texto, hizo una gran contribución y fue capaz de crear un equipo que fortaleció la investigación crítica en educación
.
Olac Fuentes fue un profundo estudioso de la educación nacional, marcó una ruta para su investigación y la de la universidad para entender la enseñanza superior en México. En el DIE ejerció un magisterio singular, reunió una masa significativa de investigadores y académicos que dieron un impulso a la educación superior en México, refiere Hugo Casanova, doctor en filosofía y ciencias de la educación.
Indicó que se trató de un hombre comprometido con México y la educación, “no la veía como un hecho aislado, sino que la entendió como un proceso relacionado con la construcción de un país. Un hombre con una perspectiva social muy clara.
“Tenía un gran sentido del humor, muy agudo, con juicios que llevaban a la sonrisa y a la reflexión profunda. La gente se deslumbraba con su brillantez, su agudeza y la acidez de sus comentarios. Un maestro en el aula y en la mesa del café que no tenía reparos en manifestar sus puntos de vista y no quedar bien con nadie.
Será una ausencia imposible de llenar, sus trabajos dejan una profunda huella en el quehacer educativo. Nos hará mucha falta
, concluyó.