Sao Paulo. Para reducir de forma consistente la utilización del dinero en efectivo resulta indispensable que los pagos digitales sean fáciles y atractivos tanto para las personas como las empresas, y los bancos o las instituciones financieras digitales reguladas deben estar obligadas a implementarlas sin costo alguno, afirmaron especialistas del sector financiero.
En una serie de ponencias que son organismos por Nu, la sociedad financiera popular (Sofiupo) que busca en México operar como banco, diversos representantes del Banco Central Brasileño expusieron los modelos que han funcionado en este país para poder incrementar los medios de pago digitales, especialmente Pix.
En México han existido una serie de iniciativas para fomentar el uso de los pagos digitales, tales como CoDi, un código QR para enviar y recibir dinero por hasta 8 mil pesos diarios, y DiMo, la plataforma para realizar transacciones solamente con un número de un teléfono celular, ambas implementadas por el Banco de México (BdeM).
Y aunque estos proyectos fueron bien recibidos por los participantes del sector financiero mexicano, su uso se mantiene en números bajos si se compara con Brasil, país que hizo obligatorio a los bancos el uso de Pix desde 2020 y que ahora ha contribuido a digitalizar la economía y reducir el uso del dinero físico.
João Manoel Pinho de Mello, ex director del Banco Central de Brasil y conocido como padre de Pix, indicó que dicha plataforma tomó 13 años en elaborarse y desde el momento en que se puso a disposición del público en general fue obligatorio para las instituciones bancarias, más no para los clientes, fueran personas o empresas.
“La primera estrategia que tomamos y por lo que ha tenido éxito Pix es que el banco central no era un operador o controlador de Pix, y se buscó un medio de pago rápido instantáneo y multi uso para la población… se puso en marcha por medio de un mandato legal y ha sido usado sin timidez”, planteó.
Dijo no ser especialista en los casos de CoDi o DiMo en México, pero consideró elemental que las instituciones financieras deben implementarlo de forma obligatoria desde el principio y ofrecerlo inmediatamente a sus clientes, pues de esa forma se hace más rápida la adopción por parte de los usuarios.
Y la experiencia de uso es sencilla: cuando una persona acude a un supermercado o a un comercio, a la hora de pagar pide hacerlo por medio de Pix, que está integrado en su aplicación, el negocio habilita un código QR y el consumidor lo escanea, de esta forma el pago se hace de forma instantánea. El objetivo es que se use con dinero propio, y si se usa con tarjeta de crédito, tiene una comisión.
Al cierre de 2023, el sistema contaba ya con 150 millones de usuarios y durante marzo de 2024 se hicieron 4.9 billones de transacciones en todo el país, según información de Nu, quienes cuentan con el servicio.
“Los pagos siempre han tenido un problema de coordinación, para poder ser útil, la gente debe usarlo y las empresas deben quererlo, por eso teníamos confianza en la tecnología y en que fuera puesto en marcha como un mandato”, señaló Pinho de Mello.
También hay banca abierta
En Brasil también se ha implementado la banca abierta, concepto conocido internacionalmente como Openfinance, el cual permite a todas las instituciones poder acceder a los datos de cada cliente para ofrecerle los mejores productos.
Janaina Piment, líder de innovación del Banco Central de Brasil, comentó en su ponencia que gracias a este servicio se ha logrado ofrecer mejores servicios a la población y para los siguientes años su uso será mayor, a tal grado que la población brasileña tendrá la oportunidad de migrar un crédito de una institución a otra, y las instituciones pueden analizar de una mejor forma una solicitud de financiamiento.