Que una actriz de porno llamada Stormy enfrenta y podría ser factor en frenar la figura que encabeza la corriente neofascista que busca regresar a la Casa Blanca empleando retórica hitleriana –los inmigrantes envenenan la sangre de muestro país
– y que promete someter y suprimir a todo adversario en su camino, ya en sí es una escena de una película de segunda.
Tal vez es apto que a estas alturas del experimento
estadunidense se exprese a través de un bufón peligroso por un lado, y por el otro el más viejo de la vieja guardia, el actual presidente, y con una actriz pornográfica desnudando toda la farsa. Esta actriz es tal vez la figura más honesta y valiente en este teatro político –no oculta quién es, no se deja intimidar a pesar de amenazas de muerte por fanáticos trumpistas. ¿Esta democracia será rescatada por Stormy? ¿El nombre de Stormy estará en los textos escolares de historia, junto con Jefferson, Franklin y Adams?
Mientras la verdadera obscenidad de esta farsa es que la cúpula política sigue retorciéndose para justificar su complicidad con lo que el resto del planeta califica como un inicio de un genocidio, pretendiendo que se tiene que debatir y evaluar, ya que no esta claro si hay violaciones de la ley internacional. No es tan complicado, la pregunta es muy sencilla: ¿estás a favor o no de matar 8 mil niños y herir a miles más? Punto.
En este contexto, vale la advertencia de Hannah Arendt: La muerte de la empatía humana es una de las señales tempranas y más notables de una cultura que está por caer en la barbarie
.
Pero a la vez algunos sectores nobles de la juventud siguen rescatando al país, con sus rebeliones contra la complicidad de su gobierno en la barbarie israelí en Gaza, con su rechazo de la mentira oficial, con su insistencia de tener derecho a un futuro ante la crisis climática. Pero las opciones políticas que les ofrecen son por definición reaccionarias y estancadas en un pasado.
La cúpula sigue resucitando viejas amenazas
en el extranjero: ahí vienen los rusos (otra vez), también los chinos, los inmigrantes invasores
, los cárteles mexicanos. Todo es una amenaza, todo da miedo, tiene que ser el poder mundial más miedoso de la historia, ¿no?
Y mientras todos estos monstruos extranjeros aparentemente están debajo de cada cama de este país, la amenaza real es la interna. No se puede garantizar que cada voto cuente en esta democracia, y más aún, tanto Trump como todo líder del Partido Republicano rehúsan comprometerse a respetar el resultado de las elecciones nacionales si pierden –o sea, las reglas fundamentales del juego democrático ya no son aceptadas por uno de los equipos en la cancha–. En las calles marchan neonazis abiertamente, hay campañas derechistas de censura de libros peligrosos
, la sociedad más armada del planeta (las balas ya son la causa principal de muerte de menores de edad), y niveles sin precedente de desconfianza en todas las principales instituciones políticas, mientras ésta es tal vez la sociedad más armada del planeta, todas señales de un deterioro de la infraestructura política y social de Estados Unidos.
El futuro de este país depende de qué tan bueno, bello, furioso y verdadero es el baile en este precipicio con los ritmos que desde siempre inmigran aquí desde todo el mundo.
Sly and the Family Stone. Dance to the music. https://open.spotify.com/track/1MQWtVcs0PKsY4PA6ZvLiy?si=30fd666efe0e4d88
Louis Armstrong. Mack the Knife (Brecht/Weill). https://www.youtube.com/watch?v=6YBZn0x_nu4