Ciudad de México. La Arquidiócesis Primada de México, en voz del obispo auxiliar Francisco Javier Acero, respaldó el llamado de las madres buscadoras de personas desaparecidas para que sean recibidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Son casi seis años, del gobierno actual, “y es una rabia contenida porque el Estado les ha dejado solos, solas”, aseguró.
“Ellas (las familias) siguen atentas y siguen llamando a la puerta para que las reciban como todo ciudadano, como se recibió a la madre buscadora de la Plaza de Mayo, en Argentina”, Estela de Carlotto, en agosto del año pasado.
En conferencia de prensa, en el auditorio Schulenburg de la Basílica de Guadalupe, en la que estuvo acompañado de tres madres buscadoras, dijo que si es necesario “sentarnos con ellas para mediar, mediamos con ellas y nos sentamos con quien esté de Presidente”.
Dónde no está el estado, dijo, “está la Iglesia, ahí donde está el Estado, acompaña también la Iglesia”.
Por su parte, María Herrera, Jaqueline Palmeros y Verónica Rosas reconocieron que la Iglesia les permitiera que su voz se escuchada en la Basílica.
“Es muy gratificante también que ahora nos volteen a ver, que sepamos que contamos con su apoyo. Algo que impulsa a las madres a seguir caminando, no es más que la fe, el amor y el deseo de saber qué pasó con nuestros seres queridos desaparecidos”, dijo Palmeros, quien busca a su hija Monserrat Uribe, desaparecida desde el 24 de julio de 2020 en la Ciudad de México.
Más tarde, se celebró una misa en la que se oró por los desaparecidos, “que también son nuestros”, dijo el obispo auxiliar Acero.
Al término, las familias entregaron un reconociendo a Tita Radilla, hija de Rosendo Radilla, víctima de desaparición forzada por el Ejército en 1974, y a María Herrera, quien busca a sus cuatro hijos desaparecidos: Raúl y Jesús Salvador Trujillo Herrera, vistos por última vez en agosto de 2008 en Guerrero, y Gustavo y Luis Armando, desaparecidos en Veracruz en septiembre de 2010.