Ciudad de México. Cuando Chivas se dirigía a la catástrofe, fue rescatado por Víctor Guzmán con un gol que le dio la ventaja en el encuentro de ida de cuartos de final de la Liga Mx. En un partido que podría haber sido el guion de una película con elementos de sangre, sudor, lamentaciones y la reaparición del grito homofóbico, el Guadalajara logró imponerse por 1-0 sobre el Toluca en el estadio Akron.
La alineación de Javier Chicharito Hernández, con Chivas, y de Alexis Vega, con Toluca, despertaba las expectativas para el encuentro, pero todo se quedó en un plano imaginario, pues ninguno de los dos, considerados estrellas, cumplie-ron como goleadores.
El protagonista, en cambio, fue el Pocho Guzmán (86), quien con apenas unos minutos en el campo rescató un pase dentro del área para definir con una volea de zurda cuando el duelo parecía encaminarse a un gris empate sin goles.
Así, Guzmán, quien hace tiempo perdió los reflectores por un caso de dopaje del que fue absuel-to, confirmó su jerarquía como romperredes y ahora con uno de los llamados cuatro grandes del futbol mexicano.
Todo fue drama en la cancha. Desde la primera parte, los clubes sufrieron para desplegar un juego ofensivo. Por Toluca, apenas Brian García pudo generar un poco de tensión, mientras por Chivas, sólo Fernando Beltrán se arriesgó con un disparo.
La falta de emociones provocó el enojo entre la afición, que no perdonó a las Chivas y abucheó a los jugadores cuando caminaban al vestidor en el descanso. Era el reclamo por desperdiciar la localía y, sobre todo, no responder al apoyo de los seguidores.
Pero el heroísmo que quería demostrar Pavel no cambiaba el juego. Ante la falta de acción a la ofensiva, Fernando Gago se vio obligado a sacar del campo a su estrella Javier Hernández, movimiento que parecía arriesgado, pero que de manera paradójica fue la solución para impulsar a su equipo.
Apenas había salido de la cancha Chicharito, el Guadalajara despertó. Pérez recibió un ba-lón con el pecho; sin embargo, en un movimiento sutil controló el esférico con la mano para disparar hacia la portería.
En un inicio, los tapatíos celebraron el gol, pero tras una revisión de Óscar Mejía en el VAR invalidó el tanto al señalar la mano.
La afición ya no soportó y descargó su molestia con el grito homofóbico ¡Eeeh, puto!
en un saque de Tiago Volpi, arquero de Toluca. Era claro que Chivas debía reaccionar para evitar que el enojo escalara.
Ya con el reloj casi agotado, fue cuando apareció Guzmán con el tanto que salvaba no sólo a Chivas, sino al partido que daba inicio a la liguilla. Ahora, el Guadalajara deberá concretar el sábado el pa-se cuando visite a unos Diablos que buscarán revancha.