Pekín. China aprobó por primera vez la seguridad del trigo editado genéticamente, en un paso para abrir la tecnología a los cultivos alimentarios mientras Pekín avanza con cautela en el cultivo comercial de cosechas modificadas genéticamente.
En el último año, China ha incrementado las autorizaciones de semillas de maíz y soja modificadas genéticamente, más productivas y resistentes a insectos y herbicidas, para garantizar su seguridad alimentaria, pero la adopción sigue siendo lenta y cautelosa debido a la preocupación por su impacto en la salud y la ecología.
China importa sobre todo cultivos modificados genéticamente, como maíz y soja, para alimentación animal, y cultiva variedades no modificadas genéticamente para consumo alimentario. Muchos consumidores chinos siguen preocupados por la seguridad de los cultivos alimentarios modificados genéticamente.
La aprobación del trigo editado genéticamente resistente a las enfermedades se considera un hito, ya que el ingrediente usado para hacer pasta, fideos y pan se cultiva principalmente para el consumo alimentario. China es el mayor productor y consumidor de trigo del mundo.
"Es un gran paso, podemos ver la luz para que China abra las autorizaciones a otros cultivos alimentarios", dijo un ejecutivo de la industria de semillas.
A diferencia de la modificación genética, que introduce genes extraños en una planta, la edición genética altera los genes existentes para cambiar o mejorar su rendimiento y algunos científicos la consideran menos arriesgada que modificarlos genéticamente.
También se espera que Pekín apruebe este año nuevas normas para el etiquetado de cultivos modificados genéticamente utilizados en productos alimenticios, según informaron los medios estatales en marzo.
El Ministerio de Agricultura también aprobó el miércoles una nueva variedad de maíz modificado genéticamente con rasgos de resistencia a herbicidas e insectos, así como una variedad de maíz editado genéticamente de mayor rendimiento.