San Cristóbal de Las Casas, Chis. El Movimiento de Parteras Nich Ixim, el más grande del país con 600 integrantes de 35 municipios de Chiapas, incluidos 20 varones, exigió el “reconocimiento y dignificación de la partería tradicional como un derecho cultural y parte de la identidad de nuestros pueblos”, así como “alto a la criminalización y persecución a la que son sometidas por cuidar los embarazos y partos en sus comunidades y barrios”.
En el contexto del Día Internacional de la partera que se celebra cada 5 de mayo, denunció que padecen “discriminación y racismo por parte de las instituciones que no reconocen la partería tradicional como una opción adecuada y segura para las mujeres; a través de sus políticas públicas nos están desapareciendo”.
En un documento dado a conocer en una rueda de prensa, dijo que “la partería tradicional sigue viva y resiste junto con las mujeres que confían en nosotras y con nuestras comunidades”.
La agrupación también demandó “el reconocimiento económico de las parteras tradicionales que así lo deseen, sin condicionamiento por parte de instituciones de salud, en retribución por toda una vida de servicio a las mujeres en sus comunidades”, así como “el reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir dónde y con quién quieren parir y de los niños y niñas atendidos por partera a su registro inmediato”.
Exigió al Registro Civil de Chiapas, “la aceptación de las constancias propias de las parteras tradicionales, en cumplimiento de la reforma de ley aprobada recientemente y a que se trabaje con sus oficialías de todo el estado para tal fin; servicios de salud accesibles, de calidad y respetuosos en nuestras comunidades para toda la población; la atención pronta y oportuna de las mujeres que referimos a los hospitales con urgencias obstétricas y el respeto a las parteras tradicionales cuando las acompañamos”.
Pidió a las autoridades chiapanecas que armonicen en la Ley Estatal de Salud los cambios introducidos en la reforma aprobada a la Ley General de Salud y den cumplimento de las nuevas disposiciones de forma inmediata.
Las parteras manifestaron que “continúa la violación de nuestro derecho a atender, reconocido en el artículo 2 de la Constitución. Como hemos denunciado anteriormente en algunas zonas se nos sigue prohibiendo atender, principalmente por parte del IMSS Bienestar”.
Subrayaron: “El personal de salud regaña y acosa a las mujeres para que ya no se atiendan con nosotras, violando su derecho a decidir con quién, dónde y cómo parir. Dicen que todos los partos se deben atender en los hospitales, pero vemos que no hay capacidad ni para atender las urgencias obstétricas que referimos cuando detectamos problemas”.
Además, abundaron, “continúan existiendo muchas niñas y niños recibidos por partera que no consiguen su acta de nacimiento, violándose de esta manera su derecho a la identidad, a un nombre, reconocido por el artículo 4 de la constitución. A las trabas que se ponen y que hemos denunciado año tras año, recientemente hemos escuchado que en un centro de salud condicionan a las mujeres la entrega del certificado de nacimiento a cambio de ponerle un método anticonceptivo a la madre”.
Advirtieron que “la situación de violencia e inseguridad en el estado pone en riesgo la vida de las mujeres embarazadas que necesitan atención. Durante este año hemos conocido casos de mujeres y bebés que han fallecido por no poder llegar a tiempo con su partera o a un hospital”.
En este contexto, Rosalinda Pérez Roblero, partera desde hace 46 años en Frontera Comalapa, expresó que para desempeñar ese oficio se necesita “un don porque no cualquiera lo puede hacer”.
En entrevista, agregó: “Estoy muy contenta y agradecida con Dios que me haya dado ese don y por abrir los ojos para estar reunida con compañeras de diferentes municipios para compartir nuestros saberes y problemas porque nos levanta el ánimo. Y con los logros que obtenemos más ánimos nos da”.
Rosalinda, una de las voceras del Movimiento, contó que de niña quería ser médica o educadora, pero siguió los pasos de sus ancestros. “Mi mamá Fabia era partera. Atendía en Motozintla, en la frontera con Guatemala y mi abuelo era curandero. Mi bisabuela era partera. Uno se da cuenta de dónde viene la herencia. Yo digo que de ahí me viene la vocación. Yo nací el primer bebé a los 15 años. La verdad disfruto mucho ser partera, me gusta. Es muy hermoso recibir a los bebés”.
Dijo no llevar las cuentas exactas, pero posiblemente en sus 46 años de oficio ha atendido más de mil partos. “Tengo dos libros viejitos de cien hojas, con los nombres tres pacientes en cada lado y en cada hoja hay seis registros”.
Comentó que dos de sus cuatro hijos nacieron con partera. Sólo una es mujer, pero no le gustó la partería.
-¿O sea que contigo va a acabar la tradición de la familia? -se le preguntó.
-No, porque ya viene la nieta (de seis años) y le llama la atención el oficio. Hay esperanzas. Le gusta. Habla mucho de embarazadas y de bebés -respondió emocionada.