Moscú. La víspera de tomar posesión de su quinto mandato presidencial de seis años, el presidente Vladimir Putin ordenó al ejército este lunes llevar a cabo “en breve” maniobras con armas nucleares tácticas –de menor alcance y potencia devastadora que las estratégicas– debido a las “declaraciones provocadoras y amenazas de ciertos funcionarios” de países miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Es la primera vez que Rusia anuncia ejercicios con armas nucleares tácticas, en teoría por sus características para emplearse en Europa, si bien de forma regular realiza maniobras con misiles balísticos intercontinentales, submarinos atómicos y grandes bombarderos que forman parte de sus fuerzas nucleares estratégicas, que pueden alcanzar cualquier parte del territorio de Estados Unidos.
El ministerio de Defensa, al dar a conocer que se prepara para cumplir la orden presidencial de “incrementar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas durante (eventuales) misiones de combate”, ofreció “garantizar de modo incondicional la integridad territorial y la soberanía del Estado ruso frente a las declaraciones provocadoras y amenazas de ciertos funcionarios de países miembros de la OTAN”.
Pero correspondió a la cancillería rusa, mediante una declaración formal, explicar con más detalles el sentido de estas maniobras: Advertir a la OTAN que cese “sus acciones abiertamente desestabilizadoras”, las cuales “pretenden ejercer más presión sobre Rusia y crear amenazas adicionales a su seguridad en relación con el conflicto de Ucrania”.
Moscú tiene claro que Occidente ofrece a Ucrania “apoyo abiertamente declarado” y también “ayuda directa para efectuar atentados terroristas en Rusia con armamento cada vez más avanzado”. Indica que los ucranios seleccionan deliberadamente atacar objetivos que no son militares y “causan muchas víctimas entre civiles” y esto, sin embargo, no hace reflexionar a los patrocinadores del régimen de Kiev, que lo empujan a cometer nuevos crímenes”.
El documento hacer constar que, además de los sistemas de misiles de largo alcance británicos y franceses que ya se usan en el frente, Estados Unidos recientemente aprobó proporcionar a Ucrania misiles ATACMS (de hasta 300 kilómetros) que pueden alcanzar objetivos en el interior de Rusia.
“Estos criterios sirvieron de fundamento para decidir llevar a cabo estas maniobras con parte de las fuerzas de disuasión nuclear, como señal aleccionadora para Occidente y sus títeres en Kiev”, señala el departamento diplomático ruso.
Y concluye: “Confiamos en que este ejercicio militar (con armas nucleares tácticas) enfríen las ‘cabezas calientes’ que hay en las capitales occidentales, les ayude a darse cuenta de las posibles consecuencias catastróficas de los riesgos estratégicos que generan y les disuada tanto de ayudar en sus acciones terroristas al régimen de Kiev como de verse arrastrados a un enfrentamiento armado directo con Rusia”.
El ministerio de Relaciones Exteriores ruso convocó este lunes a su sede a los embajadores de Gran Bretaña y Francia para pedirles explicaciones por “hechos graves” que aumentan la tensión entre Rusia y la OTAN.
En particular, enfadó a Rusia la afirmación del canciller británico, David Cameron, en el sentido de que Ucrania tiene el derecho de atacar territorio ruso con las armas que le han suministrado.
Tampoco nada gustó que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, haya reiterado la semana pasada que “no descartaría enviar militares (a Ucrania) si se dan ciertas circunstancias”, palabras que el Kremlin volvió a calificar este lunes de “irresponsables” e “infundadas” .
Para Dimitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, “él (Macron) habló (en su entrevista a la revista The Economist) sobre la disposición e incluso intención de enviar contingentes militares a Ucrania, es decir, poner a los soldados de la OTAN frente a los soldados de Rusia. Se trata de una nueva espiral en la escalada de la tensión. No tiene precedentes y exige una particular atención y medidas adecuadas”.