Fue la última ceremonia del Día del Trabajo que encabezó. Momento propicio para que el presidente Andrés Manuel López Obrador hiciera un balance de la política laboral en su gestión: hemos revertido las tendencias antiobreras que caracterizaron al régimen neoliberal y entreguista. Era el colofón de un apretado resumen de sus acciones: cancelar la subcontratación, recuperación del salario mínimo en 116 por ciento en términos reales, democracia sindical, cese a la represión a los trabajadores y libertad del derecho a huelga.

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Ante los líderes sindicales reunidos en Palacio Nacional, se sinceró: no puedo desconocer que el movimiento que nos llevó a la Presidencia se nutrió en buena medida de los trabajadores organizados y conscientes, determinados a transformar a México y concretar sus aspiraciones. La experiencia de los trabajadores nutrió nuestra organización política. No puedo omitir que las medidas establecidas para el beneficio de nuestro pueblo no fueron ocurrencias de una persona. Éste no es un movimiento de un solo hombre o un puñado de dirigentes, sino la realización de justas reivindicaciones.

Un balance que había sido precedido por el reconocimiento sindical a sus acciones a favor de los trabajadores en voz del líder del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia. Su gobierno ha permitido y creado las condiciones de respeto (a los trabajadores). Durante su administración no ha habido persecución dirigida de su gobierno hacia los trabajadores o hacia líderes sindicales, como lo hubo en otros gobiernos.

El líder del Sindicato Minero subrayó que en esta administración, se aprobaron 15 decretos de reforma laboral, lo que representa 37 por ciento de las reformas desde que se publicó la Ley Federal del Trabajo. Una cifra que contrasta con los sexenios neoliberales: Vicente Fox sólo avaló un decreto, Felipe Calderón dos y Enrique Peña Nieto tres. Carlos Salinas ni un decreto promovió.

En un mensaje implícito, Gómez Urrutia aludió al futuro a partir de los cambios registrados en este sexenio, ante la inminencia de un cambio político en el país, en el cual lo más importante es que se mantenga el rumbo, así como la política y la estrategia de modernización que usted ha impulsado con las reformas y proyectos históricos que permitieron consolidar también un nuevo sindicalismo que ha surgido en estos últimos años.

Por la mañana, en su conferencia, López Obrador sostuvo que sus acciones en materia laboral se encaminaron a corregir todas las aberraciones que se cometieron contra los trabajadores durante el periodo neoliberal. Ninguna de las reformas aprobadas en el neoliberalismo fueron para su beneficio, pero ahora ya no es el tiempo de los salarios que no alcanzaban ni para lo más indispensable, 36 años con salarios, no me gusta usar la palabra, pero salarios de hambre, de miseria, con pérdidas del poder adquisitivo de 70 por ciento.

Al mediodía, durante la reunión con los sindicalistas resaltó logros importantes, como el incremento en la participación de las utilidades que tuvieron los trabajadores al pasar de 88 mil millones de pesos en 2020 a 214 mil millones en 2022, con la expectativa de crecer para 2023, debido a la cancelación del outsourcing. Agradeció a los gremios petroleros y electricistas porque contribuyeron a la recuperación de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

En su oportunidad, el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, se refirió a algunos de los efectos de la política laboral, entre los que destacó que gracias a la revalorización del salario, de los 5.1 millones de personas que salieron de la condición de pobreza, 4.1 pueden ser atribuidos por el aumento en el salario mínimo.