Los Angeles. Varios enfrentamientos estallaron el miércoles de madrugada en la Universidad de California Los Angeles (UCLA) al margen del movimiento de protestas propalestinas que decenas de campus estadunidenses intentan contener.
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Imágenes de las cadenas televisivas estadunidenses muestran a manifestantes y contramanifestantes enfrentándose con palos, derribando barricadas y lanzando fuegos artificiales y objetos al bando contrario en medio de la noche.
El Departamento de Policía de Los Angeles dijo en redes sociales que, a pedido del rector, sus "agentes han sido desplegados y se encuentran actualmente en el campus de UCLA para ayudar a restaurar el orden".
La fuerza policial había señalado antes que su actuación respondía a "múltiples actos de violencia dentro del gran campamento" instalado la semana pasada en la universidad.
Su rector, Gene D. Block, había advertido previamente que si bien muchos de los manifestantes y contramanifestantes "fueron pacíficos", "las tácticas de otros han sido francamente chocantes y vergonzosas".
"Hemos visto casos de violencia", dijo.
Desalojo en Columbia
Los disturbios en Los Angeles estallaron después de que decenas de policías entraran en la noche del martes en la Universidad de Columbia, en el corazón de Nueva York, y desalojaran un edificio ocupado por estudiantes propalestinos.
La cadena CNN, citando a la policía neoyorquina, afirmó que más de cien manifestantes fueron detenidos.
Los agentes treparon a través de una plataforma instalada en un camión hasta el segundo piso del Hamilton Hall y empezaron a llevar a estudiantes esposados a furgones policiales, frente a una multitud que gritaba "¡Palestina libre!".
Los manifestantes se habían atrincherado en la noche previa en ese edificio de la Universidad de Columbia y prometieron luchar contra los intentos de desalojarlos.
La rectora de Columbia, Minouche Shafik, había pedido la intervención de la policía en una carta pública donde aseguraba que la ocupación estaba liderada "por individuos que no estaban afiliados a la universidad".
También pidió a las autoridades que "mantengan presencia en el campus hasta por lo menos el 17 de mayo para mantener el orden y garantizar que no se instalen campamentos".
En una publicación en Instagram, los manifestantes arremetieron contra la rectora asegurando que "su uso de las palabras 'cuidado' y 'seguridad' son poco menos que horripilantes".
La ocupación del edificio ocurrió después de que la universidad empezara a suspender a estudiantes por no cumplir una orden de desalojo del campamento levantado en sus jardines.
Entre otras exigencias, los manifestantes pedían que la Universidad de Columbia rechace toda financiación vinculada a Israel. La institución se negó el lunes en la noche y las partes no llegaron a un acuerdo.
De costa a costa
Las manifestaciones se han extendido por las universidades del país, enfrentadas a la mayor movilización desde las protestas en contra de la guerra de Vietnam en los 1960 y 1970.
La toma del edificio de la Universidad de Columbia fue reprobada por el presidente Joe Biden, que había pedido garantizar la libertad de expresión de los estudiantes y evitar actos antisemitas.
Su predecesor y rival en las elecciones de noviembre, Donald Trump, culpó al demócrata del "antisemitismo que está impregnando el país".
Las protestas contra la guerra de Gaza han planteado un reto a las autoridades universitarias para equilibrar el derecho a la libertad de expresión con las quejas de que las concentraciones han derivado en odio y antisemitismo.
El martes, la Universidad de Brown acordó con los estudiantes que retiren su campamento a cambio de celebrar una votación sobre la desinversión en Israel, una concesión importante para una universidad estadounidense de élite.
Pero en otras como la Universidad de Carolina del Norte, la californiana Cal Poly Humboldt o la Universidad de Texas, en Austin, la policía intervino para desmantelar las protestas y detener a numerosos manifestantes, con cientos de arrestos por todo el país.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó el martes su preocupación por las medidas adoptadas para dispersar las protestas y dijo que "la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad".
Turk añadió que "la incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente".
Los organizadores de las protestas niegan las acusaciones de antisemitismo, y defienden en cambio que sus acciones están dirigidas al gobierno de Israel y su manejo del conflicto en Gaza.
La guerra comenzó con el ataque sin precedentes de Hamas el 7 de octubre, que mató a mil 170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP de cifras oficiales israelíes.
La represalia de Israel ha matado al menos a más de 34 mil 500 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio dirigido por Hamas.