Estambul. Trabajadores, activistas y otras personas de todo el mundo tomaron las calles el miércoles para conmemorar el Primero de Mayo con protestas contra el aumento de precios y llamados a obtener mayores derechos laborales. Los sentimientos a favor de los palestinos también estuvieron presentes.
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La policía en Estambul usó gas lacrimógeno y disparó balas de goma para dispersar a miles de personas que trataban de atravesar una barricada y llegar a la importante plaza de Taksim, desafiando la prohibición de celebrar el Día del Trabajo en ese lugar. El ministro del Interior Ali Yerlikaya dijo en la red social X que al menos 210 personas fueron detenidas.
Hace tiempo que el gobierno del presidente, Recep Tayyip Erdogan, prohibió las manifestaciones en Taksim por motivos de seguridad, pero la plaza tiene un valor simbólico para los sindicatos. En 1977, hombres armados no identificados abrieron fuego en la celebración del Día del Trabajo en Yaksim, provocando una estampida y 34 muertos.
Este miércoles, se permitió que un pequeño grupo de representantes sindicales entraran en la plaza para colocar una ofrenda floral en un monumento a las víctimas.
En el Día del Trabajo se celebran los derechos de los trabajadores y también es una oportunidad para manifestar quejas económicas o exigencias políticas. “Que los ricos paguen impuestos”, decía un pendón en Alemania. “¡No toquen la jornada de ocho horas!”, señalaba otro en Sri Lanka.
En Atenas, varios miles de manifestantes se unieron a las marchas mientras las huelgas laborales interrumpían los servicios de transporte público y ferrocarriles en toda Grecia. El sindicato más grande del país exige volver a las negociaciones colectivas después de que los derechos laborales fueran perjudicados durante la crisis económica griega de 2010 a 2018.
Manifestantes pro palestinos se unieron a las marchas, agitando una gigantesca bandera palestina mientras marchaban frente al Parlamento griego. Otros mostraban pendones en apoyo a los estudiantes estadunidenses que protestan a favor de los palestinos.
“Queremos expresar nuestra solidaridad con los estudiantes de Estados Unidos, que enfrentan una gran represión a sus derechos y a sus justas demandas”, dijo Nikos Mavrokefalos en la marcha. “Queremos enviar el mensaje de que los trabajadores dicen no a la explotación, no a la pobreza, no a los altos precios”, añadió.
En París, miles marcharon por la capital francesa, buscando mejoras en los salarios y las condiciones de trabajo. Grupos pro palestinos y activistas contra los Juegos Olímpicos se unieron a la marcha, coreando lemas en apoyo a las personas en Gaza.
Un grupo prendió fuego a unos improvisados anillos olímpicos para mostrar su descontento con los Juegos de Verano, que comenzarán en menos de tres meses. Los sindicatos franceses han advertido sobre la posibilidad de una huelga durante los Juegos si el gobierno no compensa adecuadamente a las personas obligadas a trabajar en las vacaciones de verano.
Las autoridades gubernamentales no se han reunido con los líderes sindicales antes de las Olimpiadas, dijo Sophie Binet, secretaria general del sindicato CGT, uno de los más grandes de Francia. “¿Cómo esperan que las cosas salgan bien si las autoridades no responden a nuestra exigencia más simple?”, dijo.
En Sudáfrica, manifestantes pro palestinos se unieron a la conmemoración del Primero de Mayo. En Kenia, el presidente William Ruto hizo un llamado para aumentar el salario mínimo del país. En Irak, manifestantes exigieron mejores salarios, la reapertura de las fábricas cerradas y el fin de la privatización de ciertos negocios.
En Líbano, manifestantes pro palestinos se mezclaron con los trabajadores que exigían el fin de una deprimente crisis económica. “Los políticos no sienten el dolor del trabajador ni las condiciones económicas”, dijo Abed Tabbaa.
En Indonesia, los trabajadores reclamaron protecciones para los trabajadores migrantes en el extranjero, así como un aumento del salario mínimo. Se reunieron en medio de la presencia policiaca, coreando lemas contra la nueva Ley de Creación de Empleos y la relajación de las leyes de subcontratación durante una marcha hacia el principal estadio deportivo de Yakarta.
En Seúl, la capital de Corea del Sur, miles de trabajadores corearon lemas sindicales al inicio de su marcha, cuya prioridad, según los organizadores, era criticar lo que describieron como políticas contrarias a los trabajadores impulsadas por el gobierno conservador liderado por el presidente Yoon Suk Yeol.
“En los dos últimos años, bajo el gobierno de Yoon Suk Yeol, las vidas de nuestros trabajadores se han sumido en la desesperación”, dijo en un discurso Yang Kyung-soo, líder de la Confederación Coreana de Sindicatos.
Los miembros del sindicato condenaron la decisión de Yoon de vetar en diciembre una ley para limitar los derechos de las compañías a pedir compensaciones por daños causados por las huelgas sindicales. El gobierno también ha prometido enfrentar severamente las huelgas ilegales.
En Japón, más de 10 mil personas se congregaron en Tokio para exigir incrementos salariales que compensen las subidas de precios. Masako Obata, líder de la izquierdista Confederación Nacional de Sindicatos, dijo que los menguantes salarios han agravado la desigualdad en los ingresos.
En Filipinas, cientos de trabajadores y activistas de izquierdas marcharon para reclamar aumentos salariales y seguridad laboral, ante la importante subida de los precios de los alimentos y el combustible. La policía antidisturbios les impidió acercarse al palacio presidencial.