Una cuestión de salud y belleza llevó a Gretel a pedir prestado para someterse a una intervención de mamas y una rinoplastia con el cirujano plástico, Charbel Andrés Sosa Azar, quien “terminó tasajeándome y me dejó problemas para respirar sin que la denuncia interpuesta hace más de 10 años en su contra proceda”, denunció.

El 28 de julio de 2013, en la entonces Procuraduría General de Justicia, se abrió una carpeta de investigación por la mala intervención médica a que fue sometida esta mujer trans y la aplicación de una sustancia inadecuada en su nariz, explicó Arlen Palestina.

La representante legal de la organización Brigada Callera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez explicó que el retiro del silicón que se puso en sus mamas a los 13 años y su sustitución por un modelante se realizó en un domicilio sin equipamiento adecuado.

Mientras, la rinoplastia “la hizo con un cincel y un martillo, con anestesia local, y duró más de cuatro horas, inyectándole 15 días después de la intervención una sustancia aceitosa en las fosas nasales, que hoy le impide respirar”, de acuerdo con su declaración, dijo.

A dicha denuncia se sumó otra el 13 de marzo de 2014 y una más el 2022 para evitar el no ejercicio de la acción, pues “aprovechándose de que Gretel no sabe leer ni escribir la hacían firmar documentos en blanco donde se deslindaba de la acción jurídica penal.

Las autoridades no atendieron en su momento esta situación y han frenado sus denuncias, por lo que ha acudido a eventos donde se presenta el doctor Charbel Sosa para denunciarlo públicamente, como sucedió el pasado 15 de abril, en la Cámara de Diputados.

Durante el foro denominado “El Devenir de los Modelantes, Gretel le reclamó las “malas cirugías que me hizo y me contestó que el señor de allá arriba, refiriéndose a Dios, me iba a castigar, cuando él me castigo dañando mi cuerpo e impidiendo que pueda respirar”.

La mujer trans lamentó que la carpeta que inició en la Coordinación de Investigación Cuauhtémoc 5 no avance, cuando “tienen todas las pruebas de lo que me hizo y podrían existir más casos contra ese médico charlatán, y muchos pacientes podrían estar en riesgo”.

El cambiar mi rostro y cuerpo con un médico de “prestigio”, que le recomendó un amigo, no sólo le significó pedir prestado 45 mil pesos que le costaron ambas cirugías, sino sufrir las consecuencias de una mala praxis médica, por lo que “exijo se le castigue”.

Hoy, dijo, “urge que me saquen el modelante que ese señor me inyecto, porque me infiltró, y me operen la nariz para que pueda respirar, por lo que llamó a cirujanos plásticos que puedan hacerlo, a que me ayuden”.

La doctora Victoria Tenango, de Brigada Callejera, señaló que la organización de la sociedad civil ha apoyado a Gretel con atención médica y medicamentos, pero requiere atención especializada de manera urgente.