Múnich. Un 'Clásico' europeo a la altura de las expectativas. El Bayern Múnich y el Real Madrid igualaron (2-2) este martes en el Allianz Arena en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, con un doblete de Vinicius para los blancos.
En un duelo al límite, con tramos del partido para los dos equipos, los tantos del brasileño (minutos 24 y 83, penal) fueron contrarrestados por los de Leroy Sané (53) y Harry Kane (57, penal).
Fue el cuarto partido consecutivo sin derrota para el Real Madrid en el Allianz Arena. En las 'semis' de 2014 firmó un fundacional 4-0 que le sirvió para romper el gafe en la capital bávara -nunca había ganado- y fue la rampa de lanzamiento para una nueva década dorada, con cinco Champions añadidas a su vitrina desde entonces.
Ahora deberá hacer bueno este empate el próximo miércoles en el Santiago Bernabéu para poder alcanzar la final del 1 de junio en Wembley, ante el ganador del Borussia Dortmund-PSG.
"Nosotros siempre queremos ganar, pero sabemos que esta competición es así. No puedes regalar balones. Sabemos que con la afición daremos todo para ir a Londres", analizó Vinicius, elegido mejor jugador del partido.
"Lo tenemos entre las manos. Nos hubiera gustado ganar, en la fisonomía del partido, merecimos irnos como ganadores. Ahora a por la vuelta, el vencedor a la final", señaló el arquero local y capitán Manuel Neuer.
Acoso inicial
En una caldera roja -75.000 espectadores- que incluyó un espectacular tifo de la leyenda Franz Beckenbauer en un fondo, el Bayern salió en tromba y arrinconó al Real Madrid, incapaz de encadenar tres pases durante el cuarto de hora inicial.
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Harry Kane y Leroy Sané fabricaron y malgastaron las tres balas iniciales (1, 6 y 7).
Especialmente dolorosa para los bávaros fue la primera, a los 42 segundos, con un Andriy Lunin milagroso al sacar con la pierna el remate a bocajarro de Sané.
No se inmutaba el rey de Europa, soportando con oficio el vendaval local, que se fue disipando sin recompensa.
"Creo que en la primera parte defendimos con poca intensidad, pero en el mejor momento nuestro, al principio de la segunda parte, nos marcaron dos, ellos mostraron su mejor versión y nosotros no", dijo el técnico blanco Carlo Ancelotti.
Obra de arte de Kroos
A los 20 minutos el partido ya era de Toni Kroos, un témpano de hielo para sacar el balón desde su área, pero también capaz de romper a la defensa rival por la mitad con un caramelo a Vinicius para que marcara el primero.
El brasileño se había llevado al centro del campo al surcoreano Kim Min-jae para fintarle con el cuerpo y quedarse solo ante Neuer en el primer disparo de los blancos. Kroos le había marcado con el dedo donde le iba a poner el balón y no se equivocó.
Tras su gol, el Real Madrid jugó un rato a placer, con un fútbol combinativo y sólido que sin servir para fabricar muchas ocasiones, valía para mantener al Bayern a raya.
Ya en la segunda parte (51) Kroos estuvo cerca de firmar su noche perfecta, pero su remate tras una dejada de Jude Bellingham lo despejó con un estirada Neuer.
Sané, arranque de rabia
Entonces llegó el segundo 'momentum' del Bayern, que esta vez sí aprovechó. Primero con Sané, en un arranque de rabia del 10 desde la derecha que finalizó con un latigazo con la zurda.
A continuación, desde la otra banda, llegó la jugada del penal señalado a Jamal Musiala por un contacto con Lucas Vázquez. Kane engañó a Lunin para el 2-1.
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Entre el impulso local y las nuevas urgencias blancas, el partido se convirtió en un correcalles, con Vinicius sin claridad en un fallo de la defensa bávara (64) y topándose con Neuer (79).
A falta de un cuarto de hora más leña al fuego para los blancos. Ancelotti agitó su tropa dando entrada a Eduardo Camavinga, Luka Modric y Brahim.
Entonces llegó el penal blanco (82) por una entrada de Min-Jae a Rodrygo, casi transparente hasta entonces. Su 'compadre' Vinicius no falló desde los once metros para firmar un bonito 2-2.