A la hora de cerrar esta columna (9:15 pm) el debate entre aspirantes presidenciales transcurría entre la presunta reconversión de Xóchitl Gálvez, más agresiva en sus planteamientos e insistente en llamar candidata de las mentiras
a su principal oponente, mientras Claudia Sheinbaum se mantenía en su condición de amplia delantera, sin caer en provocaciones e incluso sin responder a todas las preguntas que le hizo la hidalguense.
Esta vez hubo más interacción de los participantes, con un error técnico al principio de la transmisión, cuando la señal se cayó y los periodistas en la sala de prensa protestaron por quedarse sin saber qué estaba sucediendo. Más que en la ocasión anterior, fue notable que la carga crítica de Jorge Álvarez Máynez (MC) estuvo más orientada a confrontar a la filopanista que a la morenista. Del tema general del debate se hablará aquí en la siguiente entrega.
Las noticias judiciales y de (in)seguridad pública, con implicaciones políticas, continúan poblando los espacios mediáticos. Ayer se dio a conocer que Canadá concedió la extradición a México del general Eduardo León Trauwitz, a quien se ha acusado de delitos popularmente conocidos como huachicoleo; es decir, extracción ilegal de combustible para su venta al público. El militar fue jefe de escoltas de Enrique Peña Nieto cuando éste gobernaba el estado de México y, en consonancia con ese ánimo depredador grupal, en 2012 fue nombrado subdirector de Salvaguarda Estratégica de Pemex.
Lo cierto es que dicho huachicoleo sigue cometiéndose a lo largo del país, aunque en dimensiones menores a las originales, a pesar del aparatoso operativo de inicio de la administración federal que está por salir. Por otra parte, no pareciera que la vuelta a México del general acusado de huachicolero pueda significar alguna forma de mensaje político a Peña Nieto, quien estaría valorando la posibilidad de regresar a vivir a México, según hizo saber a través de un libro de reciente publicación.
Cuando esta columna sea leída ya se habrá despejado en España la incógnita que ha estremecido la política de aquella nación, pues este lunes Pedro Sánchez habrá anunciado si seguirá como presidente o renuncia, ante el acoso judicial y mediático de la derecha hispana contra el político socialdemócrata que gobierna a nombre del Partido Socialista Obrero Español.
Las acusaciones que llevaron a Sánchez a declararse en días de reflexión, que terminaron este lunes, se refieren a su esposa, Begoña Gómez, a quien diversos medios de comunicación acusan de actos corruptos en asociación con sus familiares. Un juzgado de aquel país decidió abrir una investigación oficial a partir de una denuncia interpuesta por una organización de ultraderecha que presenta como presuntas pruebas algunas notas de medios de comunicación y versiones dichas en medios electrónicos en mesas de periodistas, varios de ellos sumamente impugnados. La cloaca mediática, se dice allá. ¿Algún paralelismo con varios medios mexicanos?
Astillas
Ya se verá si la escritora Anabel Hernández aporta pruebas firmes, irrefutables, de los graves señalamientos que hace en su más reciente libro contra Andrés Manuel López Obrador o todo queda en otra emisión de incomprobables testimonios anónimos y supuestas filtraciones de facciones de agencias estadunidenses, como sucedió con la publicación de nado sincronizado que en tres medios se hicieron meses atrás para asentar la versión de que AMLO había recibido financiamiento del narcotráfico en su campaña de 2006 (nado sincronizado en medios extranjeros, que dio pie a la subsistente narcoetiqueta en X contra el tabasqueño y contra Claudia Sheinbaum). Por lo pronto, el adelanto de ese libro, difundido ayer en ciertos medios, parece más una propuesta para un guion de Netflix: ¿periodismo de investigación o literatura en clave electoral?... ¡Hasta mañana!
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