Holdenville. Por lo menos dos personas, entre ellas un niño, murieron por tornados en Oklahoma, informaron autoridades el domingo mientras evaluaban los daños a viviendas y negocios causados por fuertes vientos e inundaciones.
Docenas de tornados reportados han causado caos en el centro de Estados Unidos desde el viernes, con avisos de inundaciones vigentes el domingo en Oklahoma y otros estados como Kansas, Missouri, Arkansas y Texas.
En Oklahoma, un tornado arrasó al poblado de Holdenville, de unos 5 mil habitantes, el sábado en la noche, matando a dos personas e hiriendo a otras cuatro, indicaron los Servicios de Emergencia del Condado Hughes en un comunicado. Holdenville está aproximadamente a 129 kilómetros (80 millas) de Oklahoma City.
“Mis rezos van hacia las personas que perdieron a seres queridos por los tornados que azotaron anoche a Oklahoma”, dijo el gobernador Kevin Stitt en una declaración.
Stitt emitió una orden ejecutiva el domingo declarando el estado de emergencia, mientras cuadrillas de obreros despejaban escombros y evaluaban los daños.
Casi 33 mil clientes estaban sin electricidad en Oklahoma el domingo en la mañana, según poweroutage.us, que monitorea las interrupciones de servicios eléctricos. En Texas, casi 67 mil clientes estaban sin luz.
Se reportaron graves daños por la tormenta en Sulphur, en el sur de Oklahoma, donde las autoridades reportaron varios heridos.
El Departamento de Policía del Condado Murray llamó a la ciudadanía a alejarse de la ciudad para dejar libre el camino a los rescatistas tras extensos daños por tornados, según un comunicado colocado por la agencia en Facebook.
“Quédense en casa y no vengan a observar”, dijo el departamento policial.
Un hospital resultó dañado en Marietta, según la Agencia de Gestión de Emergencias de Oklahoma, que añadió que la carretera interestatal 35 está cerrada en la frontera con Texas “debido a vehículos volcados y cables derribados en la vía”.
Residentes de otros estados también se reponían del desastre. Un tornado en un suburbio de Omaha, Nebraska, destruyó casas y negocios el sábado al arrasar primero cultivos agrícolas, luego suburbios y luego un poblado de Iowa.