Ciudad de México. Un héroe clásico es aquel que se sobrepone a las dificultades. El venezolano José Altuve se rebeló a la desventaja de su estatura en las Grandes Ligas y produjo un fenómeno en el beisbol. Ayer, en un domingo apacible en la Magdalena Mixiuhca, el pequeño toletero fue heroico en más de una manera en la barrida de los Astros de Houston por 8-2 a los Rockies de Colorados en la serie de juegos en Ciudad de México 2024. El pequeño pelotero no sólo conectó dos imparables en cuatro turnos, un toque casi artístico y un jonrón, sino también impulsó una y dejó fuera a tres rivales.
Foto María Luisa Severiano/ La Jornada
Hay jugadores de talla corta que aseguran que existe un antes y un después del fenómeno que representó este venezolano. “No lo creo”, responde Altuve cuando se le pregunta; “yo creo que cada uno tiene lo suyo y sólo se trata de jugar bien a la pelota”. Desde su debut en 2011 hasta la temporada pasada, lideró las Grandes Ligas con promedio de bateo de .310, mil 819 imparables, 200 jonrones y 292 bases robadas. Un verdadero fenómeno.
Altuve es un espectáculo comprimido en 1.65 metros de estatura. Como un verdadero showman inicia su odisea dominical con un toque de pelota, de esos que se veían con más frecuencia en el pasado. Eso apenas es el comienzo: aprovecha el siguiente turno de su compañero para llegar a segunda. Después se roba la tercera, el antesalista fildea mal, pero el venezolano se distrae y no escucha la indicación que podía barrerse hasta el home mientras el público se tira los cabellos ante el descuido de su estrella. Pero luego un out de sacrificio le permite un pisa y corre y llega batido en la arcilla como desenlace dramático. Altuve llega al home como un Ulises que vuelve a su Ítaca convertido en otro hombre. Una historia completa en una sola entrada y apenas es la primera. Contagiado por la épica del venezolano, Kyle Tucker sacó la pelota del parque para aportar otra carrera.
Los Rockies lucían otra vez frágiles. Para la octava entrada no lograban acercarse a los Astros que tenían ventaja de 4-2. El relevista de Colorado, Jake Bird, parecía echar mano de ese recurso de malicia de los lanzadores que quieren intimidar a los bateadores: tirarles muy cerca del cuerpo. Y esos proyectiles que promedian las 90 millas por horas golpearon en la rodilla a Víctor Caratini y al héroe dominical José Altuve en el codo. El resultado fue un sencillo remolcador Alex Bregman que aportó otra carrera. Pero nada emocionó tanto como la sexta carrera que timbró Altuve -la tercera hasta la octava- gracias a un out de sacrificio. Este fue el inning fatídico para los Rockies: Yainer Díaz pegó un doble que produjo un par de rayas más para la cuenta de Houston.La pizarra quedó congelada en 8-2.
