Londres. Con goles de Aitana Bonmatí y de la sueca Fridolina Rolfö, el Barcelona remontó la eliminatoria de semifinales contra el Chelsea (2-0, 2-1 en el global) y se metió en su cuarta final consecutiva de la Champions femenina, que jugará contra el Lyon o el PSG, el 25 de mayo en Bilbao.
Pese a la derrota encajada en Barcelona (1-0), el vigente campeón de la competición fue capaz de voltear la situación con los tantos de la actual Balón de Oro (en el minuto 25 de la primera parte) y de la delantera sueca, de penal (75), cuando las londinenses ya jugaban en inferioridad por la expulsión de la defensa Kadeisha Buchanan a la hora de partido.
Sin oposición en el campeonato nacional (donde está a punto de ganar su quinta liga consecutiva y la novena desde 2012), el Barça sigue haciendo méritos para implantar una dinastía a nivel continental.
El Barça jugará en el Estadio San Mamés de Bilbao su quinta final europea, la cuarta consecutiva. Ganó el título en 2021 y 2023 y perdió en 2019 y 2022.
En Stamford Bridge, consciente del resultado negativo de la ida, el Barça comenzó dominando y apenas tardó 25 minutos en igualar la eliminatoria, cuando Aitana Bonmatí remató a la red un pase de Patri Guijarro.
El Chelsea reaccionó y pudo haber marcado antes del descanso, pero un disparo de Melanie Leupolz se estrelló en el larguero (32) y Cata Coll atajó un remate de media volea de Catarina Macario unos minutos después (35).
La igualdad en el juego y en la eliminatoria se rompió con la expulsión de Buchanan al ver la segunda tarjeta amarilla por una entrada a Guijarro.
En superioridad, el Barça se adueñó del partido y puso cerco al arco defendido por Hannah Hampton hasta lograr la remontada, con un penal pitado por una caída de Bonmatí, que Rolfö convirtió en el definitivo 2-0.
Para el Chelsea, el Barça es su bestia negra, que ya había eliminado a las inglesas en la edición precedente y a las que golearon 4-0 en la final de 2021, la única disputada hasta ahora por el club londinense.
Para su entrenadora Emma Hayes era la última oportunidad de dar al club londinense la ansiada Champions, ya que a final de temporada abandonará el puesto que ocupa desde 2012 para convertirse en la seleccionadora de Estados Unidos.