Quito. Quedan 50 semanas para que Ecuador elija a un nuevo presidente y para ello el actual mandatario hace de todo para buscar la reelección sin el mismo “envión” después del relativo “daño” que constituyó para él la Consulta Popular del domingo pasado.
En la búsqueda de su nueva elección, Daniel Noboa apuesta por dos escenarios: inyección de recursos frescos para solventar las necesidades fiscales para el resto del año y atenuar la violencia criminal, incrementada en estos tres meses, para lo cual ya cuenta con el aval de usar a los militares, apoyo estadounidense y un conjunto de normas para compra de armas y pertrechos, además de asesoramiento en inteligencia. De hecho, siete de las once preguntas de la Consulta tuvo apoyo y todas ellas dan más atribuciones al Estado en la lucha contra el crimen organizado.
Sin embargo, sus cifras de popularidad ya no son las que le indujeron a “jugarse el todo por el todo” en el Referéndum del 21 de abril: en varias encuestas ha bajado del 40%, después de tener picos del 80% en enero y febrero pasados. Incluso, en la conversación digital, tras los “apagones” de las últimas tres semanas sus negativos han superado el 70%, cifra que los consultores políticos ya ven con recelo.
Entonces, Noboa ahora apuesta por un acuerdo con el FMI para solventar las carencias económicas. Para ello, ya hay acuerdo, a nivel técnico, para un nuevo programa de crédito este 25 de abril de 2024 por 4 mil millones de dólares. Se trata de un programa de tipo Servicio Ampliado del FMI (SAF), que tendrá un plazo de 48 meses. Este sería el tercer acuerdo, después de los dos anteriores con Lenín Moreno y Guillermo Lasso. Con Rafael Correa eso no ocurrió. Hasta el 30 de septiembre la deuda con el FMI era por 6 mil 200 millones de dólares.
El SAF asiste financieramente a los países con deficiencias estructurales en sus cuentas fiscales y se aprueba normalmente por períodos de tres años, pero superan los cuatro años, para implementar reformas estructurales profundas y duraderas. Por eso, el economista Andrés Arauz, excandidato presidencial en el año 2021, dice que ello apunta a eliminar subsidios a los combustibles, recortes en personal del sector público y, seguramente, beneficios sociales de los trabajadores en seguridad social y los de sindicatos y gremios en general.
¿Los rivales más cercanos?
Por ahora no hay candidatos en firme, pues en el calendario electoral solo se conocerán en octubre. Previamente los partidos y movimientos políticos deben desarrollar sus primarias, actualización de militantes, entre otros requisitos. Además, en las próximas elecciones se renueva también el parlamento ecuatoriano que tiene 137 asambleístas.
De todos modos, el mismo Noboa ha reconocido en varias entrevistas que será candidato en febrero de 2025 “para completar el programa para un nuevo Ecuador”. Y los potenciales candidatos para competir con el actual mandatario están, por ahora Carlos Rabascal, auspiciado por el movimiento Centro Democrático; Pedro Granja por el Partido Socialista; Jan Topic que se presentó en las elecciones pasadas por el partido Socialcristiano, no asegura ir por esa misma organización.
En el movimiento Revolución Ciudadana hay varias opciones, entre ellas de quien ya participó en los comicios del 2023, Luisa González. Aunque también se han mencionado otros nombres como el expresidente del consejo de la Judicatura, Gustavo Jalk, el periodista Abraham Verduga o el actual alcalde de Quito, Pabel Muñoz.