Nueva York. Un juez federal sentenció este miércoles a un agente veterano de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos a cuatro años en prisión por filtrar información de inteligencia de la agencia a los abogados de la defensa en un plan de sobornos de 100 mil dólares que, según los fiscales, puso en riesgo casos de drogas y las vidas de informantes confidenciales.
John Costanzo Jr. fue declarado culpable el año pasado de soborno y fraude electrónico de servicios honestos, sumándose a una creciente lista de agentes de la agencia (DEA por sus siglas en inglés) que han sido declarados culpables de delitos federales. Otro antiguo supervisor de la DEA, Manny Recio, tiene programada su audiencia de sentencia el próximo mes como parte del mismo caso.
El juez federal Paul Oetken señaló cuando pronunció la sentencia que Costanzo, de 49 años, era “particularmente culpable” como supervisor debido a que “sabía que lo que estaba haciendo estaba mal”.
Los fiscales pidieron al juez que sentenciara a Costanzo a por lo menos siete años de prisión, señalando que había abusado de las técnicas profesionales que perfeccionó como investigador de narcóticos sumido en el mundo del lavado de dinero. Desempeñó cargos de supervisor en Miami y posteriormente en la sede de la DEA en las afueras de Washington D.C.
“Costanzo actuó puramente por la codicia”, escribieron los fiscales en documentos judiciales. “Utilizó su red, sus conexiones y pericia para colocarse por encima de la ley y obtener dinero mediante la filtración de secretos de las fuerzas de seguridad, socavando todo lo que pretendía representar”.
Gran parte del caso estuvo basado en mensajes de texto y llamadas telefónicas intervenidas entre Costanzo y Recio, con quien siguió siendo cercano luego de que Recio se jubiló de la DEA en 2018 y empezó a trabajar como investigador privado para los abogados de la defensa de Miami.
Los fiscales sostienen que los abogados David Macey y Luis Guerra financiaron el plan de sobornos y utilizaron la información filtrada para acercarse a clientes nuevos que enfrentaban cargos federales de narcotráfico. Macey y Guerra no han sido acusados, pero los fiscales pidieron en enero a la corte permiso para acceder a comunicaciones normalmente privilegiadas entre Recio y los abogados como parte de lo que describieron como una investigación “en curso”.
La DEA no respondió una solicitud de comentarios. La sentencia de Costanzo se produjo menos de dos semanas después de que un jurado federal de Buffalo, Nueva York, declaró culpable a otro agente veterano de la DEA de obstrucción de justicia y de mentirle a agentes federales en un extenso caso de corrupción.
En el transcurso de un año, Recio pidió en reiteradas ocasiones a Costanzo que consultara nombres en una base de datos confidencial de la DEA para mantenerse al tanto de las investigaciones federales que pudieran interesar a sus nuevos empleadores. Ambos también discutieron el momento en el que se produjeron arrestos de alto perfil y la fecha exacta de 2019 en la que los fiscales planeaban presentar cargos contra el empresario Alex Saab, presunto recaudador del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
A cambio, señalaron los fiscales, Recio envió en secreto sobornos a Costanzo, incluidos boletos de avión y un anticipo de 50 mil dólares para un condominio en los suburbios de Coral Gables.
La asociación delictuosa dependía de intermediarios, incluido el padre de Costanzo, el mismo Costanzo y un agente jubilado y condecorado de la DEA que los fiscales dijeron que había mentido al FBI. Los fiscales dijeron que Costanzo y Recio también utilizaron facturas falsas y una empresa cuya dirección era de un almacén de UPS para disimular los pagos de soborno, al tiempo que borraban cientos de mensajes y llamadas a un teléfono desechable.
En su petición de una sentencia de libertad condicional, Costanzo obtuvo cartas de apoyo de varios antiguos colegas, incluidos tres agentes y supervisores de la DEA que lo describieron como un funcionario público dedicado, un amigo generoso y experto en finanzas ilícitas.
El abogado de Costanzo dijo que la única ambición de su cliente era seguir los pasos de su padre, John Costanzo Sr., un agente jubilado de la DEA que trabajó durante años en Italia y que ahora padece cáncer de páncreas.
“No estar presente en los últimos días y meses de su héroe quebraría a John para siempre”, dijo el abogado de la defensa Marc Mukasey en un memorándum previo a la sentencia. “Es un castigo que no merece”.
Sin embargo, los fiscales retrataron una relación padre-hijo menos benévola, señalando el papel de Costanzo padre como un conducto para un pago de soborno de 50 mil dólares que fue utilizado para comprar una residencia en Miami.
“La medida de la devoción de Costanzo a su familia debe incluir el hecho de que expuso tanto a su padre como a su amigo a la responsabilidad penal y encarcelamiento”, escribieron los fiscales en un documento judicial.