Ciudad de México. El manejo de las finanzas públicas y la forma en la que en los mercados se mueve el peso hacen ver a México como un país desarrollado, pero el principal problema que todavía carga es Petróleos Mexicanos (Pemex) por los altos niveles de deuda y por las bajas retribuciones que hace al gobierno federal, planteó Emilio Romano, director general de Bank of America en México.
En una rueda de prensa, el banquero precisó que la economía mexicana ha funcionado bien a lo largo de los últimos años, muestra de ello es el dinamismo del consumo y los altos niveles de inversiones que poco a poco se materializan como resultado del fenómeno de la relocalización de empresas, mejor conocido como nearshoring.
Sin embargo, expuso, Pemex continúa como un lastre para las finanzas públicas y para el crecimiento económico del país, pues el gobierno le transfiere alrededor del dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al año y son pocos los beneficios que los mexicanos obtienen de la empresa productiva.
“Lo que llama la atención es Pemex, hoy en día representa una transmisión de valor del gobierno mexicano al año de 2 por ciento del PIB y un costo de oportunidad muy grande, cualquier empresa que extrae petróleo debe de pagar regalías… Los mexicanos no reciben beneficios por las transferencias del gobierno a Pemex, son transferencias regresivas, ese dinero debe de enfocarse a temas prioritarios para los mexicanos.
“El gobierno sabe que Pemex requiere de un trabajo mayor, no es un problema de balance necesariamente, está endeudada, es un hecho, quien la endeudó también es un hecho, se debe resolver el problema financiero pero no es con transferencias, solo se atrasa el problema. Pemex debe de generar valor y generar utilidades en las cantidades necesarias para tener rentabilidad”, dijo Romano.
Pese a lo anterior, dijo, el comportamiento de la economía mexicana hace lucir al país ante los inversionistas internacionales como un país desarrollado o que está encaminado a serlo, el tema es ver la velocidad en la que esto ocurre.
Ejemplificó que el crecimiento de las transacciones o los pagos del extranjero a nuestro país es de 30 por ciento a tasa anual, al mismo tiempo que 25 por ciento de las importaciones que hace Estados Unidos en materia agrícola son de nuestra nación, lo que nos hace ver como una patencia.
Sobre el tema del nearshoring, dijo, es una realidad que no se observa “como un eclipse”, sino que todas las oportunidades de inversión se materializan poco a poco, y actualmente México se encuentra en una “posición privilegiada” para el comercio exterior.
Si bien, manifestó, las altas tasas de interés y la valuación del peso con respecto a otras divisas juegan un papel fundamental en la toma de decisiones de los inversionistas, éstas no se han frenado, incluso el tema de la seguridad no las inhibe.
“La percepción de inseguridad no es una razón para no invertir, pero se debe trabajar con el inversionista extranjero para demostrar que somos más que un país inseguro, tenemos problemas, pero no inhibe la inversión… Se tiene que promover y dar promoción a la inversión… Falta infraestructura, eso es lo que detona el crecimiento, energía limpia, agua, gasoductos, etc, para eso es muy importante que nos pongamos de acuerdo para maximizar las inversiones”, refirió.
Romano agregó que “las cifras macroeconómicas demuestran que México es un país desarrollado, como se transacciona el peso es un ejemplo del país desarrollado, tenemos una moneda representativa, es la moneda emergente por excelencia, responde a cosas que no tienen nada que ver con México”.