Ciudad de México. La experiencia del mar tempestuoso que zarandea una pequeña embarcación mientras los tripulantes se aferran con desesperación para no naufragar en la pintura La tormenta en el mar de Galilea (1633), de Rembrandt, se hace aún más palpable con una impactante exposición inmersiva y multisensorial que se exhibe en la londinense galería Frameless.

El óleo del pintor holandés, el único paisaje marino en su trayectoria, versa sobre la escena en que mientras Jesús y los 12 apóstoles están a punto de zozobrar, antes de que el Mesías obrara el milagro de calmar las aguas, según el Evangelio de San Marcos.

La empresa británica de desarrollo visual Cinesite volvió a hacer presente La tormenta en el mar de Galilea, pintura de la que se conservan unas cuantas imágenes tras su robo en 1990 en un espectacular asalto al Museo Isabella Stewart Gardner, en Boston.

La firma está asociada con Frameless Creative, responsable de la mayor experiencia de arte digital permanente del Reino Unido y la primera en Londres. Esta alianza ha permitido revivir la experiencia y potenciar su dramatismo por medio de elementos multisensoriales.

Cinesite informó que la primera pieza que brindó a Frameless, desde el inicio de su colaboración a principios de este año, es una reinterpretación de la pieza de Rembrandt en la muestra El mundo que nos rodea.

En ese proyecto, explicó la firma, la creación de efectos reales convincentes era vital para transmitir la fuerza de la tormenta. Se emplearon técnicas de simulación para crear aguas abiertas controlables: altura de las olas, frecuencia, rocío fino y escorrentía. Se añadieron pases de neblina para retroiluminar el agua y el rocío.

En semanas recientes, las imágenes del Rembrandt en un sobrecogedor movimiento se han hecho virales en las redes sociales e incluso se difundió la noticia falsa de que fue hecha con inteligencia artificial.

Cinesite divulgó una pequeña cápsula de cómo desarrollaron la experiencia inmersiva, por la que recibieron en febrero pasado un premio VES, que se otorga al arte y la innovación de efectos visuales en el cine, la animación, la televisión, los anuncios y los videojuegos, así como a los supervisores, productores y artistas de efectos visuales que dan vida a este trabajo.

En ese documento comentaron el reto de llevar la pintura a la pantalla y al movimiento, por lo que comenzaron viendo cómo la obra podría funcionar en un entorno de tercera dimensión y, por ejemplo, realizaron ensayos en crudo para “ver de qué manera podían hincharse las olas sin oscurecer del todo el barco y mantenernos fieles a su ángulo característico, sin desviarlo demasiado del eje.

El mismo enfoque minimalista se aplicó a la animación de las personas, y crear efectos convincentes del mundo real era vital para transmitir la fuerza de la tormenta. También se trabajó con el movimiento de las aguas y de las nubes, cada una por separado y con detalle, así como la luz incidental sobre el bote.

La escena exhibida en la galería Frameless permite sentir el terror y la agitación de los apóstoles en la obra maestra juvenil del artista holandés. En ella, Rembrandt se autorretrató como una de las 14 personas que ocupan el bote: el que sujeta la cuerda del mástil y mira hacia el espectador.

Ryan Atwood, director creativo de Frameless, explicó en la página web de la galería que este proceso ha consistido en explorar cómo podemos aprovechar la experiencia cinematográfica del equipo para mejorar nuestra capacidad narrativa general y el nivel de detalle y efectos de las obras, invirtiendo realmente en la conexión emocional que nuestros visitantes pueden tener con la obra. Los resultados son espectaculares.

El recinto londinense destacó que por siglos los pintores han plasmado la complejidad del mundo, llenando lienzos de paisajes asombrosos, realidades alternativas, colores sublimes y pureza suprema, buscando expresar la esencia misma de la humanidad. Hoy, la tecnología nos permite acercarnos más que nunca a estas obras maestras.

La galería Frameless dota de una experiencia multisensorial a otras 41 obras maestras en cuatro galerías, donde además de la pieza de Rembrandt se exhiben creaciones de Cezanne, Kandinsky, Monet, Dalí, Van Gogh, Klimt, Klee, Mondrian, Munch, El Bosco y Max Ernst, entre otros.