Washington. Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, junto con el ex ministro de Finanzas de Colombia, José Antonio Ocampo y varios expertos internacionales más endosaron las propuestas del gobierno de Brasil para un impuesto a los multimillonarios del planeta, pero en reuniones privadas en esta ciudad funcionarios brasileños advierten que está iniciativa requiere de apoyo de otros gobiernos.
“Lo que está haciendo Brasil es muy importante. En los últimos 40 años, la agenda neoliberal decía que no era razonable gravar a nadie y que si sólo se bajara la tasa de tributación el crecimiento económico desatado sería tan grande que beneficiaría a todos”, comentó Stiglitz esta semana. “Eso no ocurrió. Es por ello que tenemos que gravar a los superricos”.
El famoso economista estaba respondiendo a las declaraciones de Fernando Haddad, ministro de Finanzas de Brasil y de Bruno Le Maire, su contraparte de Francia, diciendo que la comunidad internacional tiene que hacer más para que las empresas e individuos más ricos del mundo paguen su cuota justa de impuestos, tema que surgió en el marco de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial aquí esta semana.
Difícil cobrar a magnates
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, ya había mostrado su apoyo para incrementar impuestos a los ricos y las grandes empresas.
Respondiendo a una pregunta de La Jornada sobre un impuesto global a la riqueza, Rodrigo Valdés, jefe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, dijo que más países han eliminado impuestos a los ricos que lo que los han puesto en marcha. “¿Por que será?”, preguntó retóricamente.
“Porque la gente se mueve. No es tan fácil recaudarlo. Por ello, la próxima pregunta es si es posible lograr un impuestos global en todas las jurisdicciones para poder abordar todos los asuntos muy urgentes.”
Valdés concluyó que “esa ruta, aunque prometedora, no tiene gran posibilidad, entonces mejor trabajemos sobre lo que sí se puede lograr”. Sugirió impuestos sobre herencias y más a empresas.
Sin embargo, Brasil está proponiendo que el G-20 en su cumbre en julio de este año endose un acuerdo para gravar la riqueza de los más ricos del mundo, aseguró Haddad.
Tax us, the super-rich!
— Patriotic Millionaires (@PatrioticMills) April 17, 2024
Extreme wealth concentration is destabilizing democracies the world over, so the Patriotic Millionaires projected our message onto institutions the G20 Finance Ministers can’t ignore: the World Bank and the IMF in D.C.
We’d be #proudtopaymore pic.twitter.com/gKj6w9B9pq
En comentarios en un foro organizado por la Comisión Independiente para la Reforma del Tributo Empresarial Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), Stiglitz afirmó que sencillamente no hay manera de que la comunidad internacional aborde la crisis de desigualdad, cambio climático y la crisis global de salud sin recaudar más ingresos.
“Necesitamos dinero. ¿Dónde esta el dinero? Una fracción cada vez más grande de ese dinero está en manos de los superricos.
“Lo que el presidente (Luiz Inácio) Lula (da Silva) está haciendo en el G-20 presentando el tema de la desigualdad es abordar el tema más fundamental que enfrenta nuestra sociedad global hoy día”, subrayó.
Gabriel Zucman, integrante de ICRICT, fue invitado por Lula para proponer en una reunión en Brasil que el G-20 endose un impuesto global sobre la riqueza de las aproximadamente 3 mil personas en el mundo que tienen por lo menos mil millones de dólares en riqueza.
“Estos multimillonarios tiene una tasa efectiva de tributación mucho más baja que todos los otros grupos socioeconómicos”, explicó Zucman esta semana en un foro. “Aunque algunos multimillonarios ya pagan el equivalente de 2 por ciento de su riqueza cada año en impuestos, algunos pagan cero”. Zucman añadió que para aquellos multimillonarios que ya pagan ese 2 por ciento, bajo esta propuesta ya no tendrían que pagar más, pero insistió en que muchos de estos megarricos no pagan ni cerca de ese porcentaje. Éstos tendrían que pagar más para llegar a ese 2 por ciento de su riqueza.
Zucman, quien ha sido comisionado por el G-20 para elaborar un plan más detallado sobre este impuesto para presentarlo en la reunión de este club de países este verano, dijo que su propuesta recaudaría 250 mil millones de dólares adicionales en ingresos cada año.
En el mismo foro, José Antonio Ocampo, el ex ministro de Finanzas de Colombia, dijo que su país tiene una larga tradición –con una historia desde los años 30 del siglo pasado– de gravar no sólo ingresos, sino también riqueza. Las reformas neoliberales de los 80 anularon esos impuestos y sólo es en años recientes que Colombia ha aplicado de nuevo un impuesto sobre riqueza como medida temporal, y Ocampo comentó que “espero que esas reformas que hicimos lo harán permanente”.
Ocampo insistió que el impuesto global sobre los ricos no debería limitarse a sólo los 3 mil multimillonarios, sino para todo individuo rico. Estas propuestas enfrentan retos, entre los cuales, comentó, están los paraísos fiscales, como los de Panamá, donde los ricos pueden ocultar sus riquezas, así como también la competencia entre países que resulta de esfuerzos para atraer empresas a través de tasas fiscales más bajas.
En este contexto, las propuestas brasileñas de lograr un acuerdo sobre un impuesto a la riqueza entre países diferentes es clave ya que eso asegura que esos ingresos no se queden sólo en los países más ricos.
La delegación de Brasil en las reuniones del FMI y el Banco Mundial de la semana pasada ha estado cabildeando por ese impuesto a la riqueza como otra reforma estructural en el sistema financiero global. En los últimos años, señaló un funcionario brasileño, Barbados, Kenia y Francia están entre los países que se han sumado su apoyo a estas propuestas. Pero en conversaciones en privado, funcionarios brasileños indicaron que aún no hay suficiente apoyo para de otros países.
Interrogados sobre los contactos entre Brasil y México, un funcionario citó las conversaciones entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Lula. “Esperamos que habrá más apoyo”, agregó.
Por su parte, el experto sobre impuestos Zucman comentó que lo que se necesita es un número significativo de países y no necesariamente un consenso, aun entre los del G-20. Recordó que 140 naciones apoyaron, en 2021, un impuesto mínimo de 15 por ciento a las empresas trasnacionales. Hoy, aunque Estados Unidos no ha aprobado este gravamen, ya hay 35 países que están aplicando el impuesto global mínimo. “No necesitamos a todos los países antes de avanzar”, repitió al aseverar que el impuesto global sobre multimillonarios podría empezar así.