La oficina de campaña de Clara Brugada en la colonia Juárez está llena de huellas de su andar político: un cuadro de Emiliano Zapata, la autobiografía de Benita Galeana, un libro sobre la vida de Pancho Villa, fotografías suyas con Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador, artesanías wixárikas y una imponente mesa de trabajo labrada en el tronco de un árbol.
Economista de 60 años de edad, la trayectoria política de la ahora candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de México por la coalición Sigamos Haciendo Historia va de la promoción del desarrollo popular a la lucha por la democracia, del feminismo a la lucha por una nueva ciudad, de las organizaciones sociales autogestivas a los partidos y de los movimientos de base al Legislativo y los gobiernos locales.
En entrevista con La Jornada, la ex alcaldesa de Iztapalapa explica que el sello que desea imprimir a la ciudad es un sistema público de cuidados para lograr que las mujeres, a quienes se ha asignado el papel de cuidadoras, puedan salir de esta situación. Esto se logrará con políticas públicas en torno a tres ejes, a los que llama las tres R: revalorización y redistribución de esta tarea y reducción de las horas de trabajo que les destinan.
A continuación, parte de la conversación con este diario.
–¿Quién es Clara Brugada?
–Soy una mujer que ha luchado durante 40 años en esta ciudad. Opté por convertir en mi vocación de vida las luchas contra las desigualdades en el país. Estudié economía en la UAM Iztapalapa. Allí conocí a un equipo de la colonia San Miguel Teotongo. Querían que diéramos clases de manera gratuita en una secundaria. Así me vinculé a San Miguel. Aprendí mucho, no sólo lo que implica sumarse a una comunidad a la que le faltaba todo, alejada de la ciudad. También lo que significa la pobreza y vivirla.
Empecé a ver la política a partir de las organizaciones sociales alternativas. Les dediqué mi vida. Terminé la universidad, dejé la clase media y sus comodidades y me fui a vivir a esta comunidad. Allí aprendí a luchar de manera colectiva, que lo público está por encima de lo privado, que la toma decisiones se hace en asambleas. Encontré en la educación popular una herramienta y comencé a defender el derecho a la ciudad. Formé organizaciones desde una perspectiva de género.
Encuentro con AMLO
Los grandes movimientos que venían del sur del país atravesaban por la colonia. Siempre nos solidarizamos con ellos. Hasta allí llegó en el 91, desde Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, con el Éxodo por la Democracia. Así lo conocí. Había pasado el 88, que nos redefinió. Nos dedicamos a que la acumulación de fuerzas sociales se canalizara democráticamente por medio de los partidos. Vino la construcción del PRD, el encuentro con Andrés Manuel y la fundación de Morena.
–La acusan de ser centroamericana.
–En los 80, en nuestras asambleas comunitarias, se informaba sobre las guerras en la región. Gobernaba el PRI; dimos una lucha muy fuerte contra ellos. Cuando me veían, una mujer joven, preparada, en medio de los colonos, decían: ella ha de tener otro interés
. Y cuando escuchaban que uno de los puntos que tratábamos era sobre Nicaragua o El Salvador, me acusaban de ser centroamericana.
Muros invisibles
–Estuvo al frente de Iztapalapa, netamente popular. La Ciudad de México tiene una composición de clase más compleja.
–Es muy importante ver la ciudad con otras miradas. La primera, derribar los muros invisibles que han querido levantar entre el oriente y el poniente. He recorrido toda la ciudad, todas las alcaldías. No creo que debamos tener esos muros. La ciudad es heterogénea, diversa, es muchas ciudades. Lo más rico que tiene es su diversidad.
“Para construir aquí el segundo piso de la Cuarta Transformación hay que profundizar en los grandes temas que la cruzan. Avanzar en movilidad y sustentabilidad. No sólo se trata de ricos y pobres.
“Queremos transformar el espacio público. Promover las Utopías que hicimos en Iztapalapa y cambiaron la vida de las personas. No había infraestructura. Hay otras partes de la ciudad donde ya está todo y lo que tienes que hacer es dar mantenimiento. Allá tienes que construir todo. Queremos que ya no tengamos periferias abandonadas. Necesitamos que la ciudad pueda atender a toda la población y unificarla en derechos.
Hay que profundizar en los temas de movilidad sustentable. Vamos a mejorar y renovar todas las líneas del Metro antes de construir más, a hacer líneas de Metrobús alrededor del Circuito Interior o sobre Periférico, de Cablebús en las zonas más alejadas y 300 kilómetrtos más de ciclovías. Sustituir el transporte público para que no contamine.
–¿Cuál va a ser su sello?
–Desarrollar el sistema público de cuidados. Es un derecho constitucional. Fui diputada constituyente en la ciudad. Elaboramos una de las constituciones más avanzadas.
“El sistema público de cuidados es hacer justicia a las mujeres. Es lograr que las mujeres, a las que histórica y lamentablemente se les ha asignado el papel de cuidadoras, puedan salir de esta situación.
“Lo explico con las tres erres. La primera es la revalorización de los cuidados: cuidar a los niños y la casa está infravalorado. No se paga, no se toma en cuenta; hay que revalorar ese trabajo. “La segunda es la redistribución de ese trabajo, no sólo dentro de la familia, sino también del gobierno. El Estado debe asumir parte de estas tareas.
“La tercera es la reducción de las horas de trabajo: las mujeres deben tener menos horas dedicadas a este tema. Lo desarrollamos en Iztapalapa en las Utopías.
Queremos rehacer la ciudad con infraestructura. Vamos a crear la red más grande de lo que antes se mal llamaban guarderías o estancias infantiles. Las vamos a llamar centros de cuidado y desarrollo infantil.
–¿Y la R de los recursos?
–Tenemos los recursos y las condiciones para hacerlo. También vamos a hacer espacios o casas de día para los adultos mayores y centros de rehabilitación para personas con discapacidad. No hay espacios y lugares públicos donde se les atienda; yo lo desarrollé en las Utopías. Planteo hacer 100 Utopías, la primera en la Benito Juárez, justo donde estaba la SCOP.
Trayectoria
–¿Qué diferencia a Clara Brugada de otros candidatos?
–Ofrezco tener una gobernante mujer, honesta, democrática, con historia y trayectoria, con experiencia de gobierno y con pasión para hacer las cosas.
“Represento al gran movimiento que ha luchado por la democracia y la justicia en esta ciudad. No soy una política tradicional. Soy honesta, no veo al gobierno como manera de crecer económicamente, tengo otro tipo de valores.
“Tengo experiencia de gobierno. Goberné la cuarta parte de la ciudad, la más poblada, la que ha tenido más desafíos, la más difícil, y salimos muy bien. Agarré el toro por los cuernos y, aprovechando el momento histórico de cambio de 2018, hice un gobierno transformador.
Tengo conciencia, experiencia en concertar y claridad de lo que se necesita. Contamos con un plan de gobierno basado en las necesidades de la ciudad, en lo que ha funcionado y en mi propia historia.
–Su contrincante señala tres problemas no solucionados: inseguridad, agua y el Metro. Ya nos habló del Metro. ¿Qué piensa de los otros?
–En esta ciudad ha bajado muchísimo la incidencia de delitos de alto impacto. Se logró con un modelo que echó a andar Claudia Sheinbaum. En los delitos que forzosamente se tienen que denunciar, las cifras son contundentes. Los homicidios bajaron 51 por ciento, y el robo de autos, más de 60 por ciento. Vamos a continuar con ese modelo y lo vamos a profundizar. Además de bajar números, tenemos que construir paz. Vamos a construir territorios de paz e igualdad. El equipo de Omar García Harfuch sigue operando.
–¿Y el agua?
–Es un tema histórico, de hace mucho tiempo. No se puede resolver sólo como un asunto de la ciudad. Es, también, una cuestión metropolitana y de la federación. Veo la ciudad con un modelo de gestión de agua que vaya hacia el futuro con sustentabilidad, que aprovechemos el agua de lluvia y logremos recogerla en los grandes lagos ancestrales alrededor de la ciudad. Ahí están Zumpango, Texcoco, Tláhuac-Xico.
Necesitamos infiltrar millones de litros de agua al subsuelo. Es mentira que nos vamos a quedar sin agua. Tenemos el Cutzamala con problemas por la sequía; representa 22 por ciento de nuestro abastecimiento de agua, el 70 y tanto por ciento restante es de nuestros pozos. Necesitamos garantizar un modelo de gestión, de aquí a 50 años, con una ley.
–¿Cómo es la relación de Clara y el presidente López Obrador?
–Hemos sido compañeros de mil batallas, al igual que con Claudia. Hemos trabajado juntos en muchos temas, tenemos una excelente relación, un trabajo de mucho tiempo que nos une. Le debo esta gran lucha que se ha dado en el país, la confianza que ha tenido en mí. Me siento contenta de haber sido parte de su equipo y del de Claudia Sheinbaum.
–Tiene en su escritorio la autobiografía de Benita Galeana. ¿Por qué?
–Es una luchadora social importante. Representa la lucha de las mujeres en momentos difíciles, las de los movimientos populares. Tenemos que rescatar su vida y hacerle homenaje; nos ha dejado huella. Cuando voy a los eventos y veo a las mujeres que luchan, veo en ellas a miles de Benitas Galeanas que me animan a seguir adelante.