Xiamen. Armand Duplantis batió su propio récord mundial de salto con garrocha al superar los 6,24 metros el sábado durante la primera reunión de la temporada de la Liga de Diamante en China. El sueco había dicho en conferencia de prensa antes de la competencia que nunca se pone límites y que siempre es capaz de establecer un nuevo récord.
El dos veces campeón mundial y oro olímpico lo demostró al establecer un récord mundial por octava ocasión en su carrera, superando la marca de 6.23 que él mismo había establecido en septiembre en la reunión de la Liga Diamante en Eugene, Oregón.
“Es mi primera vez en China y es emocionante empezar mi reunión así”, dijo el saltador de 24 años.
Conocido como Mondo Duplantis, inició la competencia con un salto de 5.62 metros, luego 5.82 metros y seis metros, antes de intentar el récord que superó en el primer intento.
El estadunidense Sam Kendricks fue segundo con un salto de 5,82 metros, seguido del chino Huang Bokai con 5,72.
Herencia familiar
Duplantis no es un atleta que provenga de las casualidades. Tiene, detrás, una historia de éxito con pilares sólidos, establecidos desde su infancia en un entorno familiar sano y competitivo, de acuerdo con el relato de la agencia noticiosa AFP.
Las primeras miradas tras un éxito o una decepción suelen ser precisamente para sus padres, Greg y Helena, que además son sus entrenadores.
Precisamente Greg, estadunidense de origen, tuvo una carrera destacable en esta disciplina, con una marca que alcanzó los 5,80m. Es, el padre, el mejor consejero técnico para Armand, mientras que su mamá, sueca y ex heptatleta, se encarga sobre todo de la preparación física.
Padres y entrenadores, una doble faceta que no tiene nada de excepcional por los numerosos casos similares en el atletismo.
"Cuando tienen que vestirse con los hábitos de entrenadores lo hacen pero cuando se trata de ver una película en familia también lo hacen", le explicó a AFP Brennan Robideaux, director de un documental sobre Duplantis " Born yo fly".
Greg y Helena han sabido modelar en superestrella del atletismo a un chico enérgico e hiperactivo, que nació el 10 de noviembre de 1999, en Lafayette, y que metía sus pequeños juguetes en el reproductor de video del salón de su casa. “En los viejos videos suyos, se lo ve al fondo, sin parar, llorando todo el tiempo. Era muy emocional. Vivía su vida al 200 por ciento. Si estaba triste, lo mostraba inmediatamente con lágrimas. Si estaba feliz, saltaba por todas partes. Un auténtico personaje de dibujos animados”, cuenta Robideaux sobre las imágenes del Armand niño. “Hoy todavía es hiperactivo, pero ha aprendido a controlarse”, señala.