Ana Enamorado y otras madres de migrantes desaparecidos en territorio mexicano, recorren en estos momentos Sonora, Baja California, Guanajuato y la Ciudad de México. Van en busca de vida, y eso marca su ruta y esperanza. Llegaron desde Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, países que cargan con la responsabilidad de haberlos expulsado, mientras que México deberá responder por su paradero.
Sus hijos, explica Ana, salieron un día de su país con la intención de llegar a Estados Unidos, se comunicaron desde México por última vez con sus familiares y no se volvió a saber nada de ellos
. Por eso desde 2023 organizan brigadas de búsqueda en las que demandan que el Estado mexicano haga lo que le corresponde
, al tiempo que ellas recorren cualquier lugar que les dé una pista. Falta que se incorporen las fiscalías, porque dicen que a ellas nos les toca hacer búsquedas, pero sí tienen que salir con nosotros al campo a buscar, pues desde la oficina no van a encontrar a nadie
, señala Ana, hondureña que busca desde hace 14 años a su hijo Óscar.
Los reclusorios son lugares esenciales de esta búsqueda, pues saben que dentro hay muchas personas migrantes incomunicadas, solas, abandonadas
. Les han negado el acceso, pues temen que estas madres descubran las inhumanas condiciones penitenciarias. Nos quieren mostrar imágenes, pero no lo vamos a aceptar. Están violando el derecho a la búsqueda
, advierte Enamorado.
Simultáneamente, este 19 de abril fue declarado por diversos colectivos como el Día de las Familias Buscadoras de Desaparecidos en México, dedicado a visibilizar las exigencias de los familiares, sensibilizar a la población sobre la problemática y mostrar su labor en las jornadas de búsqueda, así como los riesgos que éstas implican.
Los colectivos crecen junto con la crisis de derechos humanos que contabiliza 112 mil desaparecidos y desaparecidas en el país. Por eso se avecina una nueva Jornada Nacional de Búsqueda. Es un hecho que los colectivos y las brigadas no deberían existir, porque nadie debería estar buscando a un ser querido desaparecido. Hoy las buscadoras son sinónimo de radical exigencia y dignidad.