En un sentido homenaje a Daniel Molina Álvarez, integrante del Comité 68, amigos y compañeros de luchas develaron una placa en su honor en la Estela de Tlatelolco, en el marco de su tercer aniversario luctuoso.
Como parte del Comité 68, destacaron, Molina Álvarez vivió logros importantes al ser el primero en denunciar a ex funcionarios del Estado mexicano por los delitos de genocidio, privación ilegal de la libertad, y abuso de autoridad, y que se enjuiciara al ex presidente Luis Echeverría Álvarez, quien estuvo preso en su domicilio por más de dos años.
En la Plaza de las Tres Culturas, integrantes del Comité 68 ProLibertades Democrática colocaron una ofrenda de flores y veladoras en la estela donde están inscritos los nombres de las víctimas del 2 de octubre. Desde este emblemático lugar, recordaron el legado del historiador, periodista y luchador social que desde los 16 años formó parte del movimiento estudiantil de México.
David Roura, miembro del Comité 68, recordó a Molina Álvarez como un “compañero indispensable para la lucha”; leyó además el poema de su autoría “Y vosotros quiénes sois”, referente de la memoria colectiva del movimiento estudiantil de hace 56 años.
Dolifet Antúnez, integrante del comité, señaló que Daniel nunca dejó de denunciar las injusticias políticas y luchar contra ellas. Prueba de ello, resaltó, en la represión contra el movimiento ferrocarrilero en 1959 solicitó, junto con Raúl Álvarez Garin solicitaron al entonces secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, la liberación de presos. Sin embargo, en respuesta fueron detenidos y durante tres semanas permanecieron en el campo militar número 1.
Como historiador y poeta produjo artículos y materiales de gran valor científico y político sobre temas sociales e históricos. Entre ellos destacan sus ensayos La Caravana del Hambre, que narran la lucha de los mineros de Nueva Rosita, Coahuila, y Tlatelolco, mi Amor, dedicado a las víctimas del sismo de 1985.
Después de develar la placa, en la que se grabó su poema “Canto de Amor a Tlatelolco”, Roura destacó que “estos son los verdaderos lugares de memoria”, los antimonumentos, los que hace e instala el pueblo.
En este marco, Ana Ignacia Rodríguez, La Nacha, reconocida activista del Comité 68, manifestó su rechazo a la presencia del Ejército y la Guardia Nacional en las calles, porque en esta emblemática plaza “fuimos víctimas, algunos de nuestros compañeros murieron y nosotros nos libramos pero caímos en una prisión clandestina”.
“Cómo vamos a decir que no son los militares los que estuvieron aquí; no son los pasados, pero es la misma institución castrense a la que se está ponderando cada vez más”, reclamó.