Tiflis. El Parlamento de Georgia aprobó en primera lectura una propuesta de ley que obligaría a medios de comunicación y organizaciones no comerciales a registrarse como entidades bajo influencia extranjera si reciben más del 20 por ciento de su financiamiento del extranjero.
Miles de manifestantes se congregaron afuera del recinto para protestar contra la medida. Sus opositores afirman que la iniciativa sería un obstáculo en el anhelado objetivo de Georgia de integrarse a la Unión Europea. Se refieren a la propuesta como “la ley rusa”, debido a que Moscú emplea una disposición similar para estigmatizar a la prensa independiente y a organizaciones consideradas contrarias al Kremlin.
“De adoptarse, pondría a Georgia en la misma categoría que Rusia, Kazajistán y Bielorrusia, y esos países en donde se pisotean los derechos humanos. Destruiría el camino de Georgia hacia Europa”, afirmó Giorgi Rukhadze, fundador del Centro Estratégico de Análisis Georgiano.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó el miércoles en un comunicado publicado en internet que la medida del Parlamento es “un acontecimiento sumamente preocupante” y advirtió que “la adopción final de esta iniciativa tendría un impacto negativo en el progreso de Georgia hacia la UE”.
“Esta ley no encaja con las normas y valores básicos de la UE”, indicó Borrell.
“La legislación propuesta limitaría la capacidad de la sociedad civil y de organizaciones de medios para operar libremente, podría limitar la libertad de expresión y estigmatizar injustamente a las organizaciones que benefician a los ciudadanos de Georgia”, aseveró.
Aunque la presidenta de Georgia Salome Zourabichvili vetaría la ley en caso de que sea aprobada por el Parlamento en una tercera lectura, el partido gobernante puede anular el veto si consigue 76 votos. En ese caso, el presidente del Parlamento podría promulgar la iniciativa.
El proyecto de ley es casi idéntico a una propuesta de la que el partido gobernante se vio obligado a distanciarse el año pasado, luego de multitudinarias protestas por las calles del país. En la capital Tiflis, policías usaron el martes gases lacrimógenos para disipar una enorme manifestación frente al recinto legislativo.
El miércoles se registró una marcha todavía más grande. En el evento, el legislador opositor Aleksandre Ellisashvili calificó a sus colegas que votaron a favor de la medida de “traidores” y dijo que el resto del país les demostrará que “el pueblo es poder, y no el gobierno traidor”.