En una impresionante exhibición de destreza militar, al filo de la medianoche del sábado anterior, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) realizó una operación híbrida sin precedentes contra tres objetivos castrenses de Israel en los territorios ocupados de Palestina, en respuesta al ataque terrorista del régimen de Benjamin Netanyahu contra el consulado iraní en Damasco, capital de Siria, el pasado 1º de abril, con saldo de 16 asesinados, entre ellos dos generales expertos en contraterrorismo. Denominada Promesa verdadera, la acción de retaliación iraní tuvo un carácter limitado y proporcional a la agresión israelí que violó la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y se dio en el marco del Artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas y en el ejercicio de su derecho a la legítima defensa, en momentos en que el Estado canalla sionista continúa con sus acciones ilegales, genocidas y de castigo colectivo contra el pueblo palestino en la franja de Gaza. Según el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, la operación materializó la promesa del líder de la Revolución y de la República Islámica, el ayatola Ali Jamenei, de “abofetear” al agresor israelí.
De acuerdo con funcionarios israelíes citados por CNN, Ap, Reuters y The New York Times, Irán lanzó 185 aviones no tripulados (drones), 36 misiles de crucero y 110 misiles tierra-tierra, la mayoría de los cuales fueron derribados por los sistemas de defensa aérea de Israel y Estados Unidos sobre el espacio aéreo sirio, apoyados por la aviación de Gran Bretaña y Francia, así como baterías antiaéreas de Jordania en su jurisdicción. Israel tiene una red de defensa aérea de múltiples capas (Patriot, Cúpula de Hierro, Honda de David, Arrow y Flecha 2 y 3) que incluye sistemas capaces de interceptar una variedad de amenazas, incluidos misiles de largo alcance, misiles de crucero, drones y cohetes de corto alcance.
Cabe citar una declaración del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, quien sostuvo que durante los últimos seis meses el régimen de Tev Aviv ha estado “operando en estrecha coordinación con sus socios (de la OTAN), encabezados por el Mando Central estadunidense, Reino Unido, Francia y otros países”. El militar detalló que “Francia dispone de muy buena tecnología, aviones, radares”, y que sus fuerzas “contribuyeron a patrullar el espacio aéreo”. A su vez, el general Michael Kurilla, jefe del Comando Central del Pentágono, estuvo en Israel durante el fin de semana codirigiendo la defensa aérea con el alto mando militar de ese país.
Sin embargo, la simultaneidad de ataques híbridos tipo enjambre de Irán dificultó las posibilidades de defensa, incluso con los sistemas de Estados Unidos emplazados en su enclave israelí y otras bases en Medio Oriente, y el sábado 13 el cielo se pintó de rojo, desnudando una vez más, como ocurrió con la Operación Inundación de Al Aqsa de Hamas el 7 de octubre pasado, el mito de la capacidad de disuasión estratégica de Estados Unidos, Israel y la OTAN en la subregión.
La Operación Promesa verdadera iraní contó con varias fases. Según reportó Al Mayadeen, citando a PressTv, los ataques fueron precedidos por una serie de ataques cibernéticos contra la infraestructura eléctrica y los sistemas de radar del régimen sionista, los cuales provocaron apagones masivos y obligó a cerrar el espacio aéreo sobre los territorios ocupados. Hacia las 23 horas de Irán, la división aeroespacial del CGRI lanzó su operación militar de represalia contra el régimen sionista. La primera oleada incluyó docenas de drones kamikazes Shahed-136, una munición merodeadora con forma de ala delta, poco observable y de baja señalización, con un alcance de 2 mil km y que posee una ojiva de 50 kilogramos. El dron tiene una velocidad de unos 200 km/h, por lo cual necesitó un vuelo de unas cinco horas antes de llegar a su objetivo. Tras la primera oleada, sucedieron otras tres a intervalos de media hora. En total lanzaron entre 400 y 500 drones.
La siguiente fase fue el lanzamiento de una serie de misiles balísticos y de crucero, acompañados de ataques simultáneos con drones y misiles por parte de los grupos del Eje de la Resistencia de Irak, Yemen y Líbano. Hasta el momento se desconocen los modelos de misiles manejados, aunque, al parecer, algunos eran Kheibar Shekan, con un alcance de mil 450 kilómetros y una ojiva de media tonelada. Según algunos informes, misiles hipersónicos iraníes Fattah estuvieron presentes en la acción.
El sitio web PressTv señaló que los objetivos principales eran bases militares del régimen de ocupación sionista, desde los Altos del Golán hasta el desierto del Negev. Al menos siete misiles hipersónicos habrían impactado la base aérea de Nevatim, conocida como Hatzerim, ubicada a mil 100 km del territorio iraní y a 15 km al sureste de la ciudad de Beersheba, en el desierto de Negev. La base alberga aviones de combate furtivos F-35 utilizados en el ataque terrorista israelí contra el consulado iraní en Damasco, además de unidades de F-15 y F-16, y grandes almacenes de armas sofisticadas. La agencia estatal de noticias iraní IRNA consignó que misiles Khaibar golpearon dicha base y varios aviones habrían sido destruidos. Según voceros de Israel, la base sufrió “daños menores”. También habrían sido impactados por misiles el cuartel general de la inteligencia israelí en el Monte Hermón (Altos del Golán) y Ramon, otra base aérea militar en el Negev. Irán no atacó ningún objetivo civil.
Pocas horas después del ataque, la Misión Permanente de Irán ante la ONU señaló en un mensaje en la red social X que “el asunto puede considerarse concluido. Sin embargo, si el régimen de Israel comete otro error, la respuesta de Irán será considerablemente más severa”. Además, advirtió a Washington que “debe mantenerse alejado” del conflicto y que dará una respuesta “dura y simétrica” a toda acción emprendida contra Teherán desde cualquier territorio del mundo. Según indicaron medios en Tel Aviv, Israel fue sometido a una humillación sin precedente, e Irán, en su respuesta, demostró audacia, potencia de fuego y practicidad; para el Canal 14, la respuesta iraní fue la más severa en cuanto a importancia y contexto desde la creación del Estado en 1948.