Ciudad de México. Un grupo de legisladores demócratas urgieron a la administración del presidente Joe Biden a tomar medidas adicionales “ante el peligro inminente que representa la expansión de las exportaciones automotrices chinas”, y que buscan entrar a Estados Unidos. Enfatizaron que, más allá de las consideraciones económicas, se trata de un tema de seguridad nacional, dado que las iniciativas de respaldo al sector de vehículos eléctricos implementadas por el gobierno de China “tienen como objetivo lograr el dominio del mercado global”.
A través de una misiva enviada a la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, y a la embajadora comercial, Katherine Tai, los congresistas piden aumentar los aranceles sobre los automóviles chinos y fortalecer el cumplimiento de los acuerdos comerciales que se tienen, como el T-MEC, para que los productos asiáticos no obtengan beneficios. “Los recientes esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCC) plantean preocupaciones económicas y de seguridad nacional que tendrán consecuencias para los empleos y la manufactura estadunidenses”, enfatiza en la carta.
Los demócratas advirtieron que pese a las barreras comerciales de Estados Unidos, “la agresiva expansión de los fabricantes chinos, impulsada por los subsidios del PCC amenaza con socavar la competitividad de nuestros fabricantes nacionales y poner en peligro los medios de vida de millones de trabajadores estadunidenses”. Esta “sobreabundacia” de exportaciones chinas y la búsqueda de nuevos mercados generan preocupación sobre todo por posible dumping –práctica de vender por debajo del precio normal para eliminar a competidores–, lo que hace “imperativo que se tomen medidas para evitar que esto se materialice”.
La misiva firmada por los congresistas Debbie Dingell, Marcy Kaptur, Haley M. Stevens, Terri A. Sewell, Frank J. Mrvan, Elissa Slotkin, Shri Thanedar, Daniel T. Kildee y André Carson pide “aumentar los aranceles sobre los automóviles chinos, acelerar la revisión de los aranceles existentes de la Sección 301 sobre los productos chinos y continuar fortaleciendo la aplicación de nuestros acuerdos comerciales para garantizar que los automóviles y las piezas producidas por los fabricantes chinos no obtengan los beneficios”.
La administración Biden ha tomado como estandarte el impulso a la industria estadunidense de vehículos eléctricos, a través de subsidios e inversión en tecnología, pero actualmente, la empresa que más vende en este sector a nivel global, BYD, es china y supera a Tesla.
El tono de los nueve legisladores demócratas que firman la misiva coincide con el del ex presidente Donald Trump, quien busca competir de nueva cuenta por el cargo. En un acto proselitista, el republicano dijo que de ser electo se impondrá una cuota de 100 por ciento a las importaciones de vehículos chinos. Aseguró que los fabricantes del país asiático buscan entrar a Estados Unidos a través de México, al ubicar plantas en este último, y así eludir los impuestos que les corresponden.
En febrero la china BYD, que es la mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, anunció que planea construir una planta en México. Inmediatamente, en Estados Unidos se empezó a plantear que era una estrategia para inundar su mercado sin los impuestos que pagan los autos importados directamente desde China, echando mano del acuerdo comercial de Norteamérica, T-MEC.
Los vehículos importados a Estados Unidos directamente desde China pagan un arancel de 27.5 por ciento, mientras que a los procedentes de México se les aplica uno de 2.5 por ciento como máximo; y si cumplen al 100 por ciento con los estándares de contenido regional no pagan nada. Fabricantes estadunidenses de vehículos eléctricos asumen que sus pares chinas pueden producir a precios más bajos, debido a que dominan la cadena de suministro de energía para este tipo de autos, incluido el procesamiento de los minerales necesarios.