Los ciberataques se han más que duplicado desde la pandemia y son una amenaza creciente –debido a una mayor digitalización y tensiones geopolíticas– que podría terminar en afectar la estabilidad financiera, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los ataques a empresas financieras representan casi una quinta parte del total, de los cuales los bancos son los más expuestos”, contextualizó. La estabilidad financiera está en riesgo si se erosiona la confianza en el sistema, se interrumpen servicios críticos o hay un efecto de contagio a otras instituciones.
En un capítulo de Reporte de Estabilidad Financiera Global, a presentar íntegro en el marco de las Reuniones de Primavera con el Banco Mundial, el FMI explicó que ha aumentado el riesgo de pérdidas extremas en las empresas, debido incidentes cibernéticos está aumentando.
“El tamaño de estas pérdidas extremas se ha más que cuadruplicado desde 2017 a 2 mil 500 millones de dólares. Y las pérdidas indirectas, como daños a la reputación o actualizaciones de seguridad, son sustancialmente mayores”, acotó.
Como ejemplo, la agencia estadounidense de informes crediticios Equifax pagó más de mil millones de dólares en multas después de una importante filtración de datos en 2017 que afectó a unos 150 millones de consumidores.
“Aunque hasta ahora no se han producido ‘ciberataques’ significativos, nuestro análisis sugiere que se han producido salidas de depósitos modestas y algo persistentes en bancos estadounidenses más pequeños después de un ciberataque”, reportó el FMI.
El problema es que no son mayoría las economías que ven la ciberseguridad como parte de una estrategia nacional centrada en el sector financiero, pese a que los ataques crecientes pueden “representar una grave amenaza a la estabilidad macrofinanciera”, advirtió.