Xóchitl Gálvez fracasó en el primer debate presidencial. Se mostró rijosa y no propositiva, con miradas y actitudes más de enojo que de inteligencia política, sin una estrategia eficaz para desbordar a su contrincante puntera, casi con aires de improvisación o cuando menos de insuficiente preparación, insistente en colocarle a su adversaria la etiqueta de “ dama de hielo” o insensible o carente de corazón
, oferente descuidada de una bandera colocada de cabeza (aunque luego intentó alguna excusa peregrina), incapaz de cerrar decorosamente su gran oportunidad de remontar en el ánimo de futuros sufragantes, pues no pudo improvisar la arenga postrera, sino que, a falta de teleprónter, hubo de leer el mensaje que llevaba escrito en papel.
Claudia Sheinbaum manejó su condición de puntera de manera gélida (adjetivo este utilizado aquí para no dejar tan sola a Xóchitl con su invocación hielera), sin caer en las provocaciones, pero saliendo al paso de algunas impugnaciones y soltando ciertos dardos a la retadora; sobre todo, se mostró con un aire presidencial que contrastó con la precariedad de su adversaria.
A diferencia de sus andanzas de oradora placera en las cuales su populismo aspiracional no cuaja, en la mesa del presunto debate Sheinbaum se vio firme, en su rol verdadero y, por primera vez en un acto político importante, no se colgó de la figura del actual Presidente de la República ni se mostró como la calca que sus opositores dicen que es, sino que se exhibió con credenciales y fraseo propios.
Para Jorge Álvarez Máynez todo es y será ganancia; menor y poco trascendente, pero ganancia al fin. Con su lenguaje de señas, una constante sonrisa tan poco convincente como la de un vendedor de autos usados y ciertos chispazos declarativos, aprovechó la oportunidad de hacerse conocer un poco.
Está en un lugar muy distante de la puntera y, en todo caso, su objetivo sería acercarse a quien va en segundo lugar y sustraerle algo de votos. Pero la proporción de sus críticas, que fue mayor hacia Xóchitl, hizo sentir lo que en las filas del pripanismo se asegura: que Máynez, como él mismo dice que usualmente es llamado, y el Movimiento Ciudadano, gerenciado por Dante Delgado, están jugando un papel de esquirolaje al servicio de Morena y Sheinbaum.
Perdedor también lo fue el aparato burocrático del Instituto Nacional Electoral, por temas que hacen temer a los opositores que la operación de junio de este año pueda caer en pifias como las del domingo, cuando el cronómetro (evidentemente fundamental para la equidad en el uso del tiempo de los participantes) pareció ser manejado por aficionados. El curso del debate fue tropezante en ciertos momentos, por problemas de producción, poniendo en riesgo de equívocos a los moderadores que, en términos generales, salieron bien del encargo.
Vale cerrar este tema organizativo con el señalamiento de que el formato del debate no permite una verdadera confrontación de puntos de vista, mucho menos una encendida polémica que permitiera al público apreciar las capacidades de reacción discursiva y gestual de los contendientes ante una disputa recia.
Astillas
El grupo en el poder en Ecuador sigue trastabillante. El asalto a la embajada de México ha recibido un amplio rechazo internacional y se han activado mecanismos institucionales para valorar lo sucedido en Quito. El presidente Daniel Noboa, un junior empresarial, ha querido justificar sus disparates pero sólo se va enredando más, mientras su también equívoca canciller hace lo propio… En el caso del ex vicepresidente, Jorge Glas, sacado por la fuerza de la sede diplomática mexicana, se filtró ayer, temprano, la versión de que había intentado suicidarse al sobremedicarse con fármacos antidepresivos y ansiolíticos; luego se informó que Glas se negó a comer
durante 24 horas (eufemismo en lugar de “está en huelga de hambre) y por ello fue llevado a un hospital… ¡hasta mañana!
X : @julioastillero
Facebook: Julio Astillero