Puebla, Pue. En Puebla existen seis acuíferos, dos de los cuales tienen veda por sobrexplotación: el Tecamachalco y Libres-Oriental. Sin embargo, un reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alerta que el valle de Puebla cuenta con un volumen de extracción de 278 millones 800 mil metros cúbicos, con un total de mil 358 concesiones registradas, y advierte sobre el aceleramiento del uso del recurso hídrico por la urbanización salvaje y el asentamiento de parques industriales.

En 2016, el acuífero valle de Puebla, en el extremo occidental del estado, tenía alrededor de 44 millones de metros cúbicos de agua disponible, y para 2023 bajó a 18.08 millones de metros cúbicos, debido al crecimiento urbano que demanda mayor suministro.

Dicho acuífero “va a estar más castigado que el de Libres-Oriental, por los proyectos extractivos que ya existen para abastecer a la capital poblana; siguen abriendo pozos, como en el municipio de San Miguel Xoxtla.

Y habría que ver por qué en la zona sur del Periférico están haciendo un acuaférico, con una tubería de 50 centímetros de diámetro. ¿A dónde va esa agua?, ¿de dónde viene?, cuestionó Aurelio Fernández Fuentes director del Centro Universitario para la Prevención de Desastre Regionales (Cupreder), .

En entrevista, el investigador expuso que se hizo un acuaférico similar para abastecer a la empresa Concesiones Integrales o Aguas de Puebla, que mantiene privatizado el servicio de agua, drenaje y saneamiento en la capital del estado, y ahora esta obra se prolonga a la zona de La Calera, donde se autorizó la edificación de casas en 200 hectáreas de bosque.

Calculó que los habitantes del área metropolitana capitalina son los destinatarios de casi la mitad del líquido extraído del acuífero del valle de Puebla, el cual incluye parte de Tlaxcala.

Zonas amenazadas por urbanización e industria

Ante tal panorama, Fernández Fuentes alertó que ese acuífero está en riesgo porque siguen urbanizando, instalando industria y es una zona muy amenazada por la cercanía con el volcán Popocatépetl; esta combinación de factores establece una condición desastrosa.

La distribución del recurso en la capital y algunos municipios aledaños a los que surte la empresa Concesiones Integrales corresponde a 43.63 por ciento del volumen anual concesionado por la Conagua.

Los otros cuatro acuíferos de la entidad son Atlixco-Izúcar de Matamoros, Valle de Puebla, Valle de Tehuacán e Ixcaquixtla. Este último con un menor problema de sobrexplotación.

El 19 de marzo pasado, en vísperas del Día Mundial del Agua, el Comité de Rescate del Manantial de Santa María Acuexcomac, en el municipio de San Pedro Cholula, colocó una placa que declaró extinto a ese cuerpo de agua.

La extracción de 600 litros por segundo en siete pozos operados por el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla (Soapap) durante casi 30 años lo secó.

Los que conocimos ese manantial en su apogeo, lo recordamos lleno de carpas de gran tamaño, que eran el orgullo de los habitantes del paraje situado en el camino entre Cholula y Paso de Cortés, recordó Aurelio Fernández.

La escasez que padece el pueblo de Acuexcoman, dijo, también ocurre en el de Nealtican y otros fenómenos que no favorecen a la recarga de los acuíferos, con la extracción de piedra volcán en el municipio de San Nicolás de los Ranchos que ahora se ocupa como material de construcción.

La piedra volcánica era el filtro natural que permitía ser el gran reservorio de recarga en la zona del Popocatépetl, y se está reduciendo con rapidez porque el agua ya no se capta, se escurre superficialmente, advirtió.

El académico dijo que esta situación originó el hundimiento de una fracción del terreno en la comunidad de Santa María Zacatepec, municipio de Juan C. Bonilla, conocido como el socavón, el cual estaría ligado con la extracción de agua del acuífero de Puebla.

A casi tres años de la aparición de la oquedad, en mayo de 2021, ni la Conagua o el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, ni el Instituto Politécnico Nacional mostraron explicaciones satisfactorias de este fenómeno.

Conagua, sin política de recargas subterráneas

El director del Cupreder señaló que la labor de la Conagua en Puebla se reduce a informar sólo de las obras que realiza, pero no da cuenta de la recarga subterránea.

La Conagua no tiene ninguna política de recarga de acuíferos, sólo extrae, y por otro lado, no hay transparencia en la emisión de los títulos de concesión, porque hay un negocio turbio que tampoco ha resuelto la Cuarta Transformación, acusó.

El acuífero del Valle de Tecamachalco, localizado en el centro de la entidad, es el más castigado, afirmó el investigador José Vicente Nolasco Valencia, también del Cupreder. En 2016, pasó de menos 49.10 millones de metros cúbicos anuales de extracción a menos 60.65 de déficit.

Detalló que para determinar esta cifra, se hace un balance hidrológico en la recarga que son las lluvias y se le descuenta los volúmenes que se ocupan de agua, como en los cultivos agrícolas. Lo que queda es la disponibilidad del reservorio. Es decir, se consume más de lo que se capta.

El segundo acuífero más explotado, es el de Libres-Oriental. En 2016, cuando se instaló la armadora de automóviles Audi, ya tenía un déficit de 0.35 millones de metros cúbicos anuales; pero en 2023 registró menos 22 millones de metros cúbicos, en casi una década, reveló.

Nolasco Valencia aseveró que el abuso del recurso se debe a que en la región de Libres-Oriental está asentado el parque industrial con empresas como Audi, Mercedes Benz, Coca Cola y Granjas Carroll, por mencionar algunas, aunado a la producción agrícola industrializada y la reciente construcción de un complejo de 14 fábricas militares en La Célula, ubicada en el municipio de Oriental.

En la región de Tecamachalco, que abastece de hortalizas al centro de Puebla y a la Central de Abasto de la Ciudad de México, más de 20 mil 400 hectáreas de cultivo son regadas con agua que proviene de pozos agrícolas. Según la Conagua, sería el primero en extinguirse en la entidad.