Para Sergio Corona, la vida ha sido una amiga, gracias a la cual –afirmó– ha podido hacer y aprender de todo lo sucedido en sus 95 años y cerca de 80 de trayectoria artística.

El llamado Comediante de México, quien continúa activo, contagiando con entusiasmo y profesionalismo a quienes lo rodean, tampoco olvida los consejos que recibió de su padre para brillar en su camino actoral y convertirse en un artista multifacético, explicó en entrevista con La Jornada.

Actualmente, el histrión interpreta a don Tomás en la serie televisiva Como dice el dicho, que ya está en su temporada 14 y, recientemente, publicó el libro Te invito a mi camerino. Mi vida en el mágico mundo del espectáculo (Aguilar), el cual tiene mucho de la broma, alegría, del doble sentido, pero sin vulgaridades.

El título, contó, se me ocurrió porque en los camerinos pasan tantas cosas y ahí se puede hablar de todo con quien sea. A través de esas páginas, se lleva al lector a momentos cumbres de su carrera. Se recuerda el trabajo con cantantes, comediantes y actrices, como Silvia Pinal, Alfonso Arau, Adalberto Martínez Resortes, María Victoria, Luz María Aguilar y Alejandro Suárez.

Asimismo, se detallan sucesos memorables con su gran amigo Manuel Loco Valdés, así como los encuentros con María Félix, su amistad con Mario Moreno Cantinflas y las anécdotas con José José, Juan Gabriel, Frank Sinatra y Charles Chaplin. La memoria también llega “a las obras que marcaron el teatro en México, como La fiaca y La nona, entre muchos logros más, contados con simpatía inigualable que dan luz de una trayectoria simplemente insuperable”, se lee en la contraportada del libro.

Corona, nacido en Pachuca, Hidalgo, el 7 de octubre de 1928, es un referente obligado en el espectáculo nacional y permanece en la memoria colectiva por haber incursionado como actor en diversos formatos y géneros; además de ser comediante, productor teatral y bailarín, entre otras de sus múltiples facetas.

Estrella de teatro, televisión y cine mexicano, su trayectoria artística incluye participaciones en óperas, programas de televisión inolvidables, como Hogar, dulce hogar, además de giras por América y España y actuaciones memorables en afamados centros nocturnos del siglo pasado como El Señorial, Marrakech, El Patio y La Terraza.

En la charla, Corona sostuvo: ser actor es mi carrera; es lo que sé y lo que he ido aprendiendo; es lo que me da para vivir; además, es lo que me gusta y me divierte. Sobre décadas de trayectoria enfatizó: “nunca he pedido trabajo; todo me lo han ofrecido. Imagínate todas las cosas que he hecho en mi vida, nunca he dicho ‘oye, quiero que me des trabajo’, sino al contrario, me llaman y me dicen ‘vamos a empezar un programa de radio, una telenovela, una película o cabaret’. Es decir, siempre me proponen algo, por lo que ya he demostrado lo que hago, pero no para hacer una muestra o prueba”.

Comienzo en el escenario

Recordó que en su juventud “tomaba clases de baile; tenía como maestros a Ricardo y José Silva. A ellos se les ocurrió organizar un grupo de ballet y nos contrataron en el Teatro Follies Bergere; después surgió la idea de hacer algo hablado, y dijeron ‘que sea Sergio, pues tiene esas facultades’. Entonces, me propusieron un sketch con Jesús Martínez Palillo, un gran cómico mexicano. Ahí empecé en un escenario”.

Ahí comenzó, añadió, mi carrera de actor, luego de actor cómico, multifacético y la verdad he sido muy afortunado, porque todo me lo han ofrecido, y aquí me tienes.

Otra cuestión, agregó Corona, es que nunca dejé lo que ya había aprendido como bailarín de tap, músico de orquesta, baterista, escritor, cantante, mimo... todos me ofrecían algo de lo que habían visto de lo cual tenía facultades y me presentaban proyectos, algunos los acepté y otros los rechacé por compromisos ya agendados.

Entre el cúmulo de recuerdos, Corona contó: “uno maravilloso, es cuando un amigo me pidió que lo acompañara porque iba a ir a donde iban a filmar una película; él iba a solicitar participar en ella; yo estaba afuera con los actores que llegaron a pedir trabajo y salió don Fernando Soler, pero al primero que se dirigió fue a mí, y dijo: ‘vamos a darle el personaje de Julián a este muchacho’. Así tuve un papel, sin pedirlo, el cual fue muy importante por las características que tenía ese joven en el argumento de la cinta”.

Reiteró: he sido afortunado, suertudo, pues me hablaban para cosas que ya habían visto que podía realizar; así, trabajé en varias telenovelas, programas y cintas; todo lo hice con dedicación, he sido responsable, respetuoso y de esta forma logré cosas que hasta la fecha me permiten seguir trabajando.

El buen humor de Corona se manifiestó en diversos momentos de la charla.

–¿En qué sueña o qué le preocupa, don Sergio?

–Me preocupa la situación del país, los dirigentes que manejan el país, así como las cosas que no se han logrado y quisiera que se tuvieran triunfos serios, respetables, con una aportación de México en beneficio para el mundo.

Y, ¿sobre la violencia, entre otros asuntos?, se le preguntó.

Respondió: No me metas en eso, por favor. No me gusta para el país ni para ninguno de los mexicanos.

A los jóvenes actores da los consejos que recibió de su padre: ser responsable, disciplinado, puntual y buscar las opiniones de quienes saben del ambiente para progresar y así obtener más satisfacciones.

Chiva de corazón, del equipo de futbol rojiblanco, por el cual mantenía una rivalidad con su compadre Loco Valdés, quien defendía los colores americanistas, recordó: hicimos tantas cosas juntos. El público siempre se interesó en ver qué habíamos apostado. Manuel fue mi gran amigo, compañero y rival amistoso, porque nunca apostamos dinero ni golpes.