Postrado en una cama tras una operación en la rodilla derecha, Miguel Martínez vio esfumarse sus aspiraciones de clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
Con una televisión prestada, el boxeador siguió la participación de la delegación mexicana sin saber si algún día podría vivir ese sueño.
Veía a los coordinadores cansados de llevarme la comida al cuarto y pensé que ya no servía para nada, mi cabeza estaba muy mal. Me daban ganas de llorar al pensar que no iba a quedar bien y que mi carrera había terminado
, relató el púgil, quien está a menos de cuatro meses de competir en París 2024.
Después de nueve meses de recuperación, el apoyo de dos fisioterapeutas y una inspiración muy especial, Martínez volvió a los entrenamientos con la meta de convertirse en un medallista olímpico.
Comencé a correr y a partir de entonces todo estuvo bien. El que me sacó adelante fue mi abuelo, quien me formó desde los tres años. En un árbol me puso un costal con tierra y serrín para entrenar cuando era un niño. Recuerdo que lo colgó y me dio unos guantes muy viejitos para tirar mis primeros golpes; así comenzó todo
, recordó el representante nacional en los 63.5 kilogramos.
En 2020, poco antes de la lesión de Martínez, don Heriberto falleció, lo cual entristeció mucho al boxeador, originario de Durango.
Dicen que estoy loco, pero platico con él y siempre me dice que cumpla la promesa que le hice de llegar a lo más alto. Voy a conseguirlo para que se sienta orgulloso y toda mi trayectoria tenga su recompensa
, comentó el deportista, quinto lugar en el Campeonato Mundial en Uzbekistán 2023.
Con 15 años pegándole al costal, el seleccionado se considera listo para pelear ante cualquier adversario en París.
Desde chiquito he sido peleonero y muy bueno. Puedo boxear en cualquier estilo, ser fajador o estilista, pelear largo o corto. Me acoplo al rival que se me presente
, detalló.
El duranguense confía en que se conseguirán más plazas olímpicas en el último clasificatorio que se realizará en Tailandia.
El equipo está muy fuerte y se pueden lograr más boletos, incluido el de Rogelio Romero, a quien admiro. El mexicano tiene potencia y poder, ya nos tienen miedo y se la piensan para enfrentarnos. Van a tener que prepararse sicológicamente nuestros adversarios, porque trabajamos el triple y somos guerreros. Habrá más plazas y medallas en los Olímpicos.
Tras su participación en la justa veraniega, el tricolor tiene contemplado otro sueño. Cuando llegue al profesionalismo aspiro a ganar títulos mundiales. Uno de los boxeadores que más admiro es el ucranio Vasyl Lomachenko, incluso tengo su apellido tatuado, porque me encanta su forma de pelear.
El púgil seguirá con sus entrenamientos en el CNAR a la espera de un posible campamento en Europa antes del debut en París.