Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que el tribunal electoral haya resuelto no prohibir su más reciente libro “¡Gracias!”.
“Perdió la censura; ganó la libertad”, escribió en sus redes sociales al reaccionar a la decisión que por mayoría (tres votos contra dos) tomó esta tarde tomó la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que el Instituto Nacional Electoral no indague el contenido de la obra de la obra, con el argumento que al hacerlo se incurriría en “censura previa”.
“Celebro que el día de hoy el tribunal electoral resolvió no prohibir mi libro ‘¡Gracias!’”, señaló en un video que también compartió en su cuenta de X.
El pasado 27 de febrero, la abanderada de la coalición opositora, Xóchitl Gálvez, presentó ante el INE una queja por el libro del mandatario, al considerar que al publicarla 20 días antes de la campaña, López Obrador “realizaba actos anticipados” porque en la publicación la desacredita como candidata y “favorece” a la de su partido, Claudia Sheinbaum.
La Unidad Técnica de lo Contencioso del INE desechó esa queja, pero el magistrado del tribunal electoral, Reyes Rodríguez Mondragón lo retomó y presentó un proyecto en el que propuso revocar esa decisión para confirmar si en el libro existen o no expresiones que violen la ley electoral. El proyecto del magistrado fue rechazado este miércoles por la Sala Superior.
El Tribunal Electoral no prohibió el último libro de mi quehacer político titulado '¡Gracias!'. Perdió la censura; ganó la libertad. pic.twitter.com/OskU87VB9E
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 4, 2024
En el video que posteó en sus redes, López Obrador leyó un capítulo de la historia de la relación México-Estados Unidos suscitado en la segunda década del siglo pasado, cuando el entonces Secretario de Estado, Robert Lansing escribió una carta —al parecer dirigida al presidente Thomas Woodrow Wilson, en la que decía:
“México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el Presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano norteamericano, ya que esto nos llevaría otra vez a la guerra.
“La solución necesita además tiempo. Debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americana, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de los Estados Unidos.
“México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.
Tras leer ese pasaje de la historia —que viene en su libro—, el jefe del Ejecutivo mexicano cerró en alusión a periodos presidenciales del pasado: “Se cumplió la profecía transitoriamente, ya no es así”.