Moscú. La campaña de primavera para reclutar 150 mil rusos, en edad de hacer el servicio militar obligatorio que a partir de este año es de los 18 a los 30 años de edad, comenzó este lunes y debe concluir a mediados del mes de julio siguiente, según establece el decreto emitido el domingo anterior por el presidente Vladimir Putin.
Al mismo tiempo, el ministerio de Defensa de Rusia aseguró que ninguno de estos soldados de remplazo va a participar en los combates de la llamada zona de la operación militar especial en Ucrania ni tampoco serán destinados a Donietsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, nuevas entidades federales anexionadas por el Kremlin.
Aunque el director adjunto del servicio militar obligatorio, vicealmirante Vladimir Tsimliamsky, prometió que los reclutas no serán enviados a la guerra, los expertos hacen ver que, en teoría, la ley permite a las autoridades utilizarlos para “cumplir tareas en condiciones de conflictos armados o para participar en combates”, si bien antes tendrían que recibir preparación militar al menos durante cuatro meses.
“Todos los reclutas cumplirán su servicio en puntos de despliegue permanente de unidades de las fuerzas armadas y otras formaciones militares en el territorio de la Federación Rusa”, precisó Tsimliamsky.
El Comité de Madres de Soldados, ONG rusa que defiende los derechos de los reclutas, temen que muchos de los nuevos soldados puedan ser emplazados en las regiones fronterizas con Ucrania, como Belgorod o Kursk, por mencionar sólo dos, que son bombardeadas con frecuencia o escenario de incursiones de los grupos de nacionalistas rusos que combaten del lado ucranio, llamados “traidores” y “mercenarios” por el Kremlin.
El servicio militar obligatorio tiene un año de duración y, de acuerdo con datos oficiales, la campaña del otoño anterior movilizó a 137 mil personas y la de primavera del año pasado, a 147 mil.
Aparte de estos reclutas, que pueden ser destinados a cualquier región del vasto país que es Rusia, en concreto para la operación en Ucrania el ministerio de Defensa, antes de que termine el presente año, quiere incorporar a cerca de 300 mil soldados por contrato, a cambio de un atractivo salario, lo cual –opinan analistas– servirá para cubrir las bajas y continuar el asedio de las posiciones que defienden las tropas ucranias.
Al respecto, Oleksander Sirsky, comandante en jefe del ejército ucranio que sustituyó en febrero a Valeri Zaluzhny, nombrado embajador en Gran Bretaña, admitió el viernes anterior –en declaraciones a la agencia oficial de noticias Ukrinform– que “las tropas enemigas (rusas) tienen ventaja numérica, siguen empleando la táctica de ataques masivos sin importarles el número de bajas”.