Mapastepec, Chiapas. Unos mil 500 migrantes de diversas nacionalidades que forman parte de la caravana Viacrucis Migrante 2024 siguió su andar este Viernes Santo por la costa de Chiapas exponiendo su propio calvario.
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Mujeres, niños, adultos mayores y personas con capacidades especiales avanzan visiblemente exhaustos por cinco días de caminata desde que partieron el lunes de Tapachula, en la frontera con Guatemala.
Llevan hambre, sed, sueño, están adoloridos y lastimados de los pies por las jornadas extenuantes de más de seis horas diarias bajo el sofocante calor y temperaturas superiores a los 35 grados centígrados.
“Necesito auxilio, me he esforzado como todos aquí pero para mi es muy difícil andar con tres discapacitados. (Hemos comido) con los propios medios de uno, intentando uno salir a flote”, contó la ecuatoriana Juliana Rojas mientras jalaba del brazo a su madre enferma.
Su hermano, su papá y dos hijos menores también viajan con algún padecimiento sin que reciban ayuda de ninguna autoridad durante su trayecto, aseguró la mujer.
“De Ecuador, no puedo ni siquiera decir a veces de que país soy porque da miedo, porque están secuestrando y matando a los ecuatorianos”, expresó entre sollozos.
El nicaragüense Eddy García sostuvo que en su país no existen oportunidades de desarrollarse por lo que tomó la difícil decisión de migrar dejando a su esposa e hijos con los que confía reunirse nuevamente algún día.
Dijo que se sumó al Viacrucis porque caminar durante la Semana Santa es una prueba de fe y fortaleza para que Dios bendiga su camino.
“No podemos arriesgarnos a irnos en vehículos privados y eso porque nos pueden secuestrar, nos pueden pasar cosas y la idea es llegar sanos y salvos”, comentó.
El Viacrucis partió este viernes de Escuintla hacia el municipio de Mapastepec, lo que implica un tramo de más de 30 kilómetros. Durante cinco días de caminata desde que salieron el lunes de Tapachula han recorrido uno 104 kilómetros.
El objetivo es salir de la frontera sur donde no hay empleo y los trámites de regularización ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Instituto Nacional de Migración pueden demorar más de seis meses. Pretenden llegar a la Ciudad de México donde puedan continuar los procesos migratorios o eventualmente seguir hacia la frontera con Estados Unidos.