Ciudad de México. El centro de Iztapalapa, en ocasión de la denominada Semana Santa o Semana Mayor, se ha transformado de nueva cuenta en la bíblica Jerusalén para servir de magno escenario a la representación de la Pasión y muerte de Jesús, que este año cumple su 181 aniversario.
Este Jueves Santo es un día de suma importancia para la iglesia católica, al quedar instituida la Eucaristía. Es ya de noche y a lo largo de la explanada principal de la alcaldía, la muchedumbre atestigua expectante y respetuosa los que serán los últimos momentos en libertad y con vida del llamado Mesías.
Cifras oficiales de la alcaldía reportaron arriba de 500 mil personas, al filo de las 21 horas, así como saldo blanco y la atención médica a 76 personas, sobre todo de los denominados nazarenos, por heridas en los pies, así como algunos casos de hipoglucemia e hipertensión.
Encarnado por el joven Christopher Gómez, de 22 años, el Jesucristo iztapalapense cumplió con los consabidos rituales de esta jornada, en la víspera de su juicio a manos de Poncio Pilatos, su martirio y su muerte, que ocurrirá este viernes, crucificado en el Gólgota-Cerro de la Estrella.
Foto Yazmín Ortega
En la macroplaza de Jerusalén-Iztapalapa, la multitud siguió los pormenores del concilio donde los jueces y sacerdotes del Sanedrín juzgaron a Jesús y decretaron su muerte, efectuado sobre un templete que evocaba un templo judío. Allí llegó Judas Iscariote para vender a su maestro por 30 denarios de plata.
Momentos después, el Hijo del Hombre encabezó la Última cena y luego el lavatorio de pies a los 12 apóstoles. El menú, para Jesús, consistió de dos huachinangos rellenos de mariscos y ensalada mediterránea, mientras que para los apóstoles, de pechugas rellenas de queso; y para bajárselos, un clericot. Todo, como desde hace 11 años, cortesía de la familia Aguilar Granados, del Barrio de San Pedro.
Foto Yazmín Ortega
Al término, en medio de la expectación y la tristeza de muchos de entre los iztapalapenses y visitantes allí congregados, por saber lo que el destino le depara, Christopher-Jesucristo se encaminó al Cerro de la Estrella-Getsemaní para, primero, ser tentado por Satanás y, luego, ser aprehendido. Queda así ya todo dispuesto para este Viernes de Pasión y muerte de Cristo en Jerusalén-Iztapalapa, por 181 año consecutivo.