Por increíble que parezca, tras cinco meses de genocidio, más de 32 mil asesinatos de palestinos (mayoritariamente niños y mujeres) y cuatro intentos fallidos –por el irracional veto de la Casa Blanca– de consensuar un pronunciamiento, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer una resolución para exigir alto al fuego inmediato
en Gaza, aunque el acuerdo
no estuvo libre de jaloneos por la redacción final del documento, finalmente aprobado con 14 votos a favor y una abstención (Estados Unidos).
Podría ser el primer paso para la caída del régimen genocida de Benjamin Netanyahu, quien tras conocer esa decisión ha dejado en claro que no está dispuesto a acatarla, porque su objetivo no sólo es el genocidio palestino, sino el expansionismo israelita. Como primera reacción
, el primer ministro canceló oficialmente la visita de su delegación a la Casa Blanca en protesta por la decisión estadunidense de abstenerse
en la citada votación, y reprochó airadamente por la clara retirada
de su cancerbero en Medio Oriente, de acuerdo con información de la BBC.
La ONU oficialmente lo comunicó así: “el Consejo de Seguridad aprobó ayer una resolución que pide el alto el fuego durante el mes de Ramadán, que comenzó el 11 de marzo. También exige la devolución de unos 130 rehenes secuestrados en Israel y retenidos en Gaza, y hace hincapié en la urgente necesidad de permitir que una amplia ayuda vital llegue a la población hambrienta del enclave asediado. La exigencia de poner fin a las hostilidades había sido eludida hasta ahora por el consejo. Los bombardeos diarios de Israel, junto con el bloqueo casi total de agua, electricidad y ayuda vital, han matado a más de 32 mil palestinos en Gaza (…) ante la inminencia de una hambruna”.
Algo más: “el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que la resolución debe aplicarse y el incumplimiento del consejo sería imperdonable (…) El consejo exige un alto el fuego respetado por todas las partes, que conduzca a un alto el fuego sostenible duradero. También, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, así como la garantía de acceso humanitario para atender sus necesidades médicas y otras necesidades humanitarias y que las partes cumplan las obligaciones que les impone el derecho internacional en relación con todas las personas que detengan. El consejo pone de relieve la urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria y reforzar la protección de los civiles en Gaza; reitera que se eliminen todos los obstáculos que dificultan la prestación de asistencia humanitaria a gran escala, en consonancia con el derecho internacional humanitario y las resoluciones 2712 y 2720 de 2023
.
Hasta ahí, todo aparentemente bien, pero en el jaloneo para sacar adelante la resolución Estados Unidos presionó para que en el texto final no apareciera la frase alto el fuego permanente y sostenible
, y que en su lugar se votara alto el fuego inmediato durante el mes sagrado del Ramadán en Gaza, que conduzca a un alto al fuego duradero y sostenible
. Parece un juego de palabras, pero sin duda va mucho más allá.
El Ramadán concluirá el 9 de abril, fecha en la que caduca la vigencia de la resolución, de tal suerte que a partir de entonces Netanyahu (en el lejanísimo caso que atendiera el citado acuerdo) retomaría el exterminio y con mayor énfasis. En cambio, si en la redacción final apareciera alto el fuego permanente y sostenible
la situación sería otra.
Esa fue la condición de la Casa Blanca, y de lo perdido, lo que aparezca, pensaron en el siempre condicionado Consejo de Seguridad, aunque lo cierto es que resulta inobjetable que el alto fuego permanente y sostenible
es la ruta adecuada para detener la masacre en Gaza y acabar con la crisis humanitaria.
De hecho, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, subrayó que el cambio de redacción de la resolución sobre Gaza a petición de Estados Unidos es decepcionante; la expresión permanente sería más precisa y estamos decepcionados de que se aprobara
.
Las rebanadas del pastel
Dice Ricardo Salinas Pliego: “los gobiernícolas me la volvieron a pellizcar y que la ley sí es la ley… amanecí con la noticia de la suspensión definitiva en contra de la clausura del campo (de golf) de Huatulco”. Bien , pero, de ser cierto (no exhibió el texto legal resolutivo, sólo lo que él escribió), es cuestión de echar números: un terreno de 82 hectáreas contra el pago de 63 mil millones de pesos. En realidad, ¿quién se la pellizcará a quién?
Twitter: @cafevega