Versión del gobierno capitalino acerca de nota del Inegi

La parte central de la información refiere que La corrupción en la Ciudad de México tiene un costo de 6 mil 471 pesos por víctima, el más alto de todas las entidades federativas. Sin embargo, el propio Inegi considera dicha estimación como poco confiable y, de hecho, recomienda que deberá ser considerada con reserva en razón de baja confiabilidad.

En ese sentido, se considera que el medio omitió dar lectura del anexo metodológico necesario para utilizar la Encig, por lo que publicó una nota y un encabezado que hacen referencia a datos no confiables y que se recomienda no publicar por parte del Inegi.

De acuerdo con cifras de la Encig de años previos, la tasa de incidencia registrada en la ciudad es 40 por ciento menor al registrado en 2019. El incremento presentado entre 2021 y 2023 es considerado por el propio Inegi no estadísticamente significativo.

Coordinación de Comunicación Social del Gobierno de la Ciudad de México

Respuesta del reportero

Acerca de las precisiones emitidas por el Gobierno de la Ciudad de México, en relación con la nota publicada sobre el costo de la corrupción por víctima, cabe señalar que en la presentación ejecutiva nacional de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (Encig-2023), no se señala que los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sean poco confiables.

Si bien establece que en los datos acerca del costo de la corrupción por entidad no se recomienda su uso para obtener conclusiones cuantitativas, sí se presentan para un análisis cualitativo.

La encuesta, hecha pública el pasado 20 de marzo en el portal del instituto, señala en su informe operativo que la Encig fue declarada desde 2014 información de interés nacional, considerada como oficial y su uso sería obligatorio para la Federación, y en el documento se hace ninguna mención sobre la publicación o no de sus resultados.

El sondeo tiene como objetivos conocer los diferentes atributos relacionados con la calidad de los trámites y servicios gubernamentales desde la perspectiva de los ciudadanos.

Alejandro Cruz

Precisión al artículo sobre los concursos de oposición en el INAH

En relación con el artículo La farsa de los concursos de oposición, firmada por Pedro Salmerón Sanginés el pasado 19 de marzo, me permito hacer algunas precisiones agradeciendo su publicación:

Los concursos de oposición en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no son una “farsa“ ni una burla, como afirma Salmerón.

Éstos se rigen por el Reglamento de Admisión, Evaluación, Promoción y de Concursos y Exámenes de Oposición para el Personal de Investigación Científica y Docencia, y son conducidos por una comisión integrada en forma paritaria por investigadores representantes de las autoridades del INAH y de los trabajadores de base.

Lo que impugna Salmerón es la manera en que se enuncian los temas en los proyectos que deben presentarse y defenderse ante el jurado; al autor, por ejemplo, le parece inadmisible la continuación de proyectos como el de La Ventilla, que es fundamental para el conocimiento de la civilización teotihuacana y que estuvo en curso hasta la muerte del arqueólogo Rubén Cabrera. Se enuncian otros temas específicos, pero éstos están ligados a la valoración que se hace para que haya una continuidad en proyectos.

Debo puntualizar dos cosas: 1. Que son las comisiones mixtas de cada centro de trabajo quienes formulan las convocatorias; y 2. Que cualquier interesado que cumpla con los requisitos de la convocatoria puede participar y formular un proyecto consistente para concursar por la plaza.

No descartamos que en el proceso pudiera ocurrir alguna irregularidad. De ser así, ésta deberá ser expuesta y sancionada; pero de suyo el mecanismo está sustentado en la evaluación por pares y en procedimientos que favorecen la paridad, la imparcialidad y el apego a las normas reglamentarias que los rigen.

José Luis Perea González, antropólogo y secretario técnico del INAH

Apoyo para familias desplazadas en Haití

El pasado 21 de marzo La Jornada publicó un artículo de Sergio Ramírez sobre el Haití de hoy; nos recordó 2010, cuando en visitas a ese país nos aliamos con Cáritas, OSC de Derechos Humanos, la Compañía de Jesús, sacerdotes y lideres comunitarios para instrumentar un programa de Campesino a Campesino Haití-México.

De esos diálogos vinieron a México líderes haitianos y fueron recibidos y apoyados por productores de Mixquic, San Gregorio Xochimilco, Tlalnepantla, Morelos, Los Reyes de Juárez, Puebla, la Costa

Desafortunadamente, hoy en Haití, un país en extinción, título del artículo de Sergio Ramírez, sus territorios están controlados por bandas criminales y por ello poco se puede hacer.

Nos queda por lo pronto apoyar a las familias desplazadas que huyen de las violencias, por lo que urge que la Secretaría de Gobernación instrumente un verdadero programa humanitario para quienes están llegando a nuestro país, al que como ciudadanos nos sumaremos si hay transparencia y se evitan autoritarismos y omisiones.

Álvaro Urreta, Comité Mixto Haití-México para la Reconstrucción