San Cristóbal de Las Casas, Chis. Agentes de animación y coordinación pastoral de la diócesis de San Cristóbal, afirmaron que “los pueblos de Chiapas viven la oscuridad de la tarde de la Cruz”, por lo que hicieron un llamado “a quienes empuñan las armas, dan las órdenes de someter, de impedir y de matar”, que “pongamos fin a esta guerra de exterminio de la vida y de nuestra condición humana”.
Agregaron que “el pasaje bíblico de Caín y Abel resuena en nuestros corazones al ver a nuestras comunidades desangrarse en sus hijas e hijos que caen en medio de la cruel guerra desatada por los cárteles disputándose el territorio”.
Expresaron que la disputa provoca “enfrentamientos, ajustes de cuenta, extorsiones, levantones, secuestro de las comunidades por quienes se asientan en sus entradas y salidas, en las brechas, caminos y carreteras, negándonos libertad con el cobro de piso, de paso o con el terror que generan”.
En un documento difundido este domingo al iniciar la Semana Santa, lamentaron “el dolor de quienes han tenido que abandonar su casa, su tierra, sus pobres pertenencias que con tantas luchas del día a día han conseguido, y luego saber que fueron destruidas por manos que se han olvidado de que a quienes se somete y se mata son sus hermanas, sus hermanos”.
Afirmaron que “nuestra hermana madre tierra se ha bañado de tristeza, de dolor y de sangre”, al tiempo de señalar que “una mirada a la realidad de Chiapas vuelve a ponernos de frente a la Pasión de Cristo en la pasión que sufren nuestros pueblos sumidos en la vorágine de las violencias que no dan tregua, que no se apagan, que se acrecientan”.
Pidieron a la población “vivir esta Semana Santa conscientes con ayuno, oración y solidaridad, poniendo en el centro de nuestros corazones a tantas víctimas de la violencia, a las familias desplazadas, a quienes se han visto obligados a emigrar, a las personas desaparecidas, a quienes han tenido una muerte cruel, a quienes no han abandonado sus casas, pero ven caer la noche con miedo deseando que pronto amanezca y haya claridad”.
A las personas que “están padeciendo la angustia y soportan con dignidad el peso de la cruz, sus luchas por otro mundo posible, su decisión por estar a favor de la vida y de la paz sabiéndose despojados”, les manifestaron que “son un pueblo que resiste y sus resistencias son la razón de su esperanza y de la nuestra”.
Exigieron a los tres niveles de gobierno, que “asuman la responsabilidad que les corresponde de garantizar la seguridad y la vida de las familias en Chiapas y de toda persona, así como de evaluar los perjuicios que van dejando las situaciones de violencia y resarcir los daños (…) las amenazas son latentes y la impunidad es campante, por lo que en tales circunstancias, no hay condiciones para las elecciones” del 2 de junio.