Acapulco, Gro. Decenas de fieles católicos participaron la mañana del domingo en la celebración del Domingo de Ramos, en el zócalo de Acapulco.
La conmemoración fue encabezada por el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, quien hizo un llamado a los feligreses a ser constructores de paz, y por medio de la oración, pedir por las personas que han sido víctimas de la violencia en el país.
En la celebración eucarística, González González conminó a los asistentes a ser constructores de paz.
Expresó que "un ramo no significa una amenaza para nadie", y planteó a las personas nunca ser una amenaza para nadie.
En el contexto del inicio del periodo de Semana Santa, el arzobispo de Acapulco enfatizó la importancia de cada ser humano de representar la fuerza, el poder y la prestancia para el caminar de la gente, y no ser nunca amenaza.
Asimismo, González González resaltó que la celebración del domingo de ramos representa la entrada de Jesús a Jerusalén como rey humilde y pacifico.
El arzobispo de Acapulco pidió dejar atrás la enemistad, el odio y la violencia. Asimismo, pidió elevar oraciones por "las hermanas y hermanos que sufren a causa de la guerra y la violencia, por quienes son víctimas, por aquellas personas que han sido víctimas de la violencia", y subrayó el llamado a ser artesanos de paz.