Ciudad de México. Hace medio siglo, los Yankees de Nueva York vinieron a la Ciudad de México para enfrentar a los Diablos Rojos. En aquel marzo de 1968 jugaron dos partidos en el desaparecido parque del Seguro Social, con una derrota y una victoria ante los escarlatas. Ahora, 56 años más tarde, nuevas generaciones abarrotaron el estadio Alfredo Harp Helú que cumple su quinto aniversario.
La afición escarlata y los seguidores de los mulos formaban ríos púrpuras y azules para entrar al majestuoso estadio. Un éxito desde que salieron los boletos a la venta el 7 de febrero, con precios de taquilla que iban de mil a los 5 mil pesos y se agotaron en una hora.
“Es la primera vez que vengo a este estadio, pero sí he ido al de los Yankees, y la verdad que no le pide nada a éste”, cuenta Daniel Ramón Vargas, de Villahermosa Tabasco, estado pelotero de cepa. “Mi esposa es seguidora de Yankees y viene vestida de su equipo y yo de Diablos. Lo planeamos desde antes”, cuenta una de las tantas familias que viajaron desde sus estados para vivir este par de juegos, en domingo y lunes.
Estela Rocha Villa, seguidora fiel de Yankees, invitó a su amiga María Soledad Franco, ambas de Chihuahua. Como apasionada no podía dejar pasar la oportunidad y compraron boletos con la intermediación de un familiar, buscaron vuelos y hospedaje para estos días. Van uniformadas con las franelas de Nueva York y gorras a tono.
“Queríamos ver a Aaron Judge, pero cuando quieres a un equipo quieres todo lo que representa y si no vino el “juez” están los demás para hacer de esto un día especial”, opina Estela.
Afuera, sobre la avenida Puebla, los revendedores ofrecen boletos a 4 mil pesos, son los que costaban mil pesos en taquilla. Pero hay demanda. La tienda de productos oficiales es verdaderamente un tumulto, los aficionados gastan mil pesos por una gorra conmemorativa o varios miles por el atuendo completo.
“Esto es para recordar este día. Y así como hoy recordamos los juegos del Seguro Social, vamos a volver a vivirlos”, comenta un aficionado a punto de pagar varias gorras conmemorativas.