Tula de Allende , Hgo. Como cada año, el mediodía de este 21 de marzo se llevó al cabo la tradicional ceremonia prehispánica para dar la bienvenida al quinoccio de primavera, en la zona arqueológica de Tula.

Cientos de turistas nacionales y extranjeros se dieron cita en la plaza ubicada frente al soberbio templo de Tlahuizcalpantecuhtli, donde se encuentran las cuatro efigies de roca gris conocidas como los Atlantes de Tula, de 4,5 metros de altura.

Allí se realizó el ya tradicional ritual para dar la bienvenida al equinoccio de primavera que para Rodrigo Xaxni, chamán, médico tradicional y promotor cultural que cada año acude a Tula a presenciar el ritual, el 21 de marzo es cuándo inicia la renovación de las cosas, como las hojas de las plantas y" vuelven a nacer las flores ".

Recordó que los antiguos pobladores de Tula “adoraban a Xipe-Tótec, uno de los dioses más importantes del México prehispánico, ya que tenía la facultad de transformar la superficie terrestre de árida e inerte a húmeda y viva”.

"Es el dios encargado de la fertilidad y la regeneración de los ciclos agrícolas".

"Es el nacimiento de una nueva vegetación o una nueva piel para nuestro dios Xipe Tótec, el gran señor desollado".

Este año les tocó encabezar los rituales a dos grupos de danza tradicional, ambos de la localidad de La Cañada del municipio de El Marqués, estado de Querétaro.

Se trata de Guerreros Aztecas y Guerreros del Quinto Sol, cuyos miembros ejecutaron a lo largo de dos horas danzas de los antiguos mexicas, con sus característicos atuendos de combate,

Alejandra González, joven integrante de Guerreros Aztecas que representó a un jaguar relató que el grupo ya tiene más de cien años de existencia, ya que fue fundado en 1919.

Agregó que en la localidad de La Cañada son más los 300 integrantes que conforman el grupo artístico,que además de tener como objeto la preservación de las tradiciones y promover el gusto de danzar.

Dijo que desde los seis años "le agarró el gusto por la danza" al ver como lo hacían sus abuelos, vestidos con trajes tradicionales.

A lo largo de la plaza se colocaron médicos tradicionales, provenientes de otros estados del país.

Uno de ellos es Manuel Huehuecoyotl, originario de la Sierra de Puebla y que desde muy joven aprendió el oficio de hacer limpias con incienzo y hierbas.

A diferencia de otros médicos tradicionales que para hacer sus limpias evocan a los espíritus que a través de sus cuerpos supuestamente dan consultas y hacer curaciones mágicas con sus manos, Manuel Huehuecoyotl dijo que eso era espiritismo y que él no recurría a eso.

A diferencia de Teotihuacan y otras zonas arqueológicas en que está prohibido a los visitantes subir a las edificaciones prehispánicas, en Tula aún se permite subir a la pirámide de los Atlantes, rodeados cada uno de una fina tela de alambre para evitar que sean dañados por los visitantes.

Algunos de los turistas se acostaron y otros más se arrodillaron sobre la piedra cerca de los Atlantes, algunos con los brazos abiertos para según ellos “llenarse de energía solar”.