Ciudad de México. La economía mexicana se ha beneficiado, en los últimos meses, del cambio en los flujos de comercio internacional que ha dado un impulso a los sectores de manufactura y de servicios de exportación, afirmó Alonso Cervera Lomelí, director ejecutivo de estudios y asuntos públicos de Santander.

En la actualidad, dijo, alrededor del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos y el 90 por ciento son productos manufacturados y la actividad nacional “se beneficiará aún más si esta tendencia se mantiene”.

El especialista precisó que, desde principios de 2022, Estados Unidos ha aumentado las importaciones de su vecino del sur y ha reducido el volumen de mercancías que recibe desde China.

Esto ha resultado en que México se ha convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos, y el fenómeno de la relocalización de empresas, mejor conocido como nearshoring, hace a nuestro país “un aliado fundamental” de la nación del norte en el sector manufacturero.

Explicó que el nearshoring es una estrategia de empresas estadounidenses o de otros países que buscan reubicar parte de su producción más cerca de sus fronteras con el fin de acortar las cadenas de suministro y protegerse de shocks globales, como las pandemias o los conflictos geopolíticos. También se busca reducir los costos de transporte, mismos que han aumentado de forma significativa en los últimos años.

“El nearshoring en México se está produciendo de varias formas y un estudio reciente del Banco de México reveló que el 18 por ciento de los fabricantes ya se han beneficiado de esta tendencia”, detalló.

Profundizó que algunos exportadores extranjeros han establecido sus propias operaciones en México, mientras que otros han pedido a los manufactureros mexicanos que aumenten la producción con la promesa de mayores volúmenes de compra en el mayor mercado de consumo del mundo, al otro lado de la frontera.

Al mismo tiempo, refirió, hay empresas estadounidenses que han trasladado la producción final a su país para aprovechar los beneficios fiscales, las cuales hacen pedidos a México de componentes importantes, como en la industria de los semiconductores.

“Los factores domésticos impulsan la inversión y la demanda. También se espera que dos factores domésticos impulsen el crecimiento, lo que refuerza la demanda interna a través del consumo y la inversión”, apuntó.

El primer, planteó, es que el presupuesto público para este año contempla el incremento real del gasto público más elevado en la última década, sobre todo por el impulso a la inversión de obras públicas en el sur y el sureste para completar la refinería de petróleo de Dos Bocas y el Tren Maya.

“Adicionalmente, la estrechez del mercado laboral y la generosa subida del 20 por ciento del salario mínimo para este año impulsarán elevados aumentos salariales en el sector privado y se traducirán en un mayor gasto de los consumidores en la demanda interna”, agregó el especialista de Santander.