Madrid. La agencia de calificación crediticia Moody's ha confirmado el rating de España en 'Baa1' y ha mejorado la perspectiva de 'estable' a 'positiva' debido un "mayor equilibrio en el modelo de crecimiento del país".
La agencia explica que la economía española presenta un bajo apalancamiento del sector privado y un sector bancario "robusto", así como un superávit por cuenta corriente y un mercado laboral fortalecido en comparación con la última década debido a la "sólida gobernanza" y a "una "mayor eficacia de las políticas" para hacer frente a las fuentes de desequilibrios macroecnómicos.
Moody's pone de relieve algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno, como la reforma de las pensiones y la reforma laboral, que se traducen "en mejoras en todos los ámbitos" y han permitido alcanzar máximos históricos en la afiliación a la Seguridad Social.
Con esta bases, la agencia prevé que España registre un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) real del 1.7 por ciento y del 1.8 por ciento en 2025.
En cuanto a la inversión, Moody's espera que tanto el gasto público como el privado se vean respaldados por los fondos de inversión de la Unión Europea que España tiene disponibles para los próximos años.
La dotación total del Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR) de España alcanzará unos 163 mil millones euros, lo que supone el 11 por ciento del PIB de 2023, repartidos aproximadamente a partes iguales entre subvenciones y préstamos. Esta cantidad se añade a los 52 mil 600 millones de euros de los que dispone España en el marco del ciclo presupuestario ordinario de la UE de 2021 a 2027.
Por otra parte, la confirmación de la calificación 'Baa1' por parte de Moody's refleja la "fortaleza económica" de España y la "solidez" de sus instituciones, que son "significativamente superiores" a las de sus pares de calificación.
No obstante, según la agencia, estas características positivas se ven compensadas por la mayor carga de deuda en comparación con países homólogos, así como por el debilitamiento de la asequibilidad de la deuda y los retos estructurales a los que se enfrenta, como el envejecimiento de la población. Asimismo, destaca que la moderada exposición de España a los riesgos geopolíticos y políticos internos constituye otro reto crediticio.