Fiel, constante y enamorada de la danza, la bailarina, maestra y coreógrafa Gladiola Orozco fue homenajeada esta noche en el Palacio de Bellas Artes al ser reconocida como un personaje icónico de la danza contemporánea en México.
“Sumamente feliz” se dijo la formadora de numerosas generaciones de bailarines al tomar la palabra en el escenario, donde Lucina Jimenez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) le entregó un diploma, ya al final de la cita en el máximo recinto cultural del país.
“Estoy conmovida, permítanme estar en su corazón” expresó en una noche que llamó llena de tanta belleza y tanto amor.
En la sala principal del Palacio de Bellas Artes integrantes del Ceprodac ejecutaron dos piezas coreográficas: Diarios de Rita Berlín, obra de María Brezzo, en el que se descubren los pensamientos de una creadora gracias a sus diarios y Signos en el cuerpo de la noche, de Óscar Ruvalcaba, que con poesía en portugués y fotografías en blanco y negro celebra al cuerpo.
Desde el inicio del homenaje, Gladiola Orozco, quien este año cumple 90 años de vida, estuvo presente en un asiento entre el público y presenció la función especial de danza para reconocer a una de las forjadoras de la danza contemporánea con su trabajo de cuatro décadas en el Ballet Teatro del Espacio, que fundó y dirigió junto a Michel Descombey.