Chilpancingo, Gro. Integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) irrumpieron la mañana de ayer en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador informó en su conferencia matutina que se fugó el policía estatal que presuntamente asesinó al alumno de la Normal Rural de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez Peralta, el pasado 7 de marzo.
Los estudiantes, quienes llegaron alrededor de las 10 de la mañana a Chilpancingo en unos 10 autobuses provenientes del plantel, con sede en el municipio de Tixtla, lanzaron más de 50 petardos y bombas molotov al inmueble e incendiaron al menos 11 vehículos que se encontraban dentro y fuera del mismo.
Trece elementos de la Guardia Nacional (GN) (que resguardaban el sitio) y cuatro agentes ministeriales resultaron con heridas en pies y brazos debido al impacto de los artefactos explosivos.
Algunos trabajadores administrativos sufrieron lesiones leves y otros crisis nerviosas. Una hora antes todos los empleados del palacio de gobierno, ubicado a poco más de un kilómetro de la fiscalía, fueron desalojados por la policía estatal.
Unos 500 efectivos de la GN y de la Policía Ministerial enfrentaron a los jóvenes inconformes con piedras y gases lacrimógenos por alrededor de 25 minutos que duró la incursión; los policías estatales antimotines no hicieron acto de presencia.
Desde distintos puntos de la capital del estado se observó el humo negro provocado por la quema de los automóviles; durante una hora se suspendió el tránsito vehicular en el carril que va de norte a sur de la autopista del Sol México-Acapulco.
También se interrumpieron las clases en algunas escuelas aledañas y se dejó de brindar por aproximadamente una hora el servicio de transporte público a comunidades y colonias ubicadas al sur de Chilpancingo.
Aproximadamente a las 10:30 horas los miembros de la FECSM abordaron los camiones en los que llegaron y retornaron a su plantel, 14 kilómetros distante.
En tanto, ambulancias de la Cruz Roja, de Protección Civil estatal y del Ejército Mexicano llegaron a la fiscalía para trasladar a los heridos a diversos hospitales; muchos de ellos tuvieron que ser cargados por sus compañeros debido a las lesiones que sufrieron en las piernas.
Cuando se fueron los normalistas, aún había algunos petardos que no estallaron en el suelo de los pasillos de la FGE, por lo que los guardias nacionales alertaban a la gente que no se acercara, porque podían explotar.
Al cierre de la edición, las autoridades estatales no habían informado sobre el estado de salud de los uniformados.