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Israel: mira lo que hicimos entonces… y ahora

13 de marzo de 2024 00:03

Uno. El debate acerca de los misterios de la física cuántica siempre será más fácil de tratar que la guerra en Ucrania, o el apócrifo origen del Estado de Israel. Pues si lo primero requiere de rigurosa formación, lo segundo rompe el alma de antemano.

Dos. V. gr. A dos años de la operación militar de Rusia en Ucrania, el títere de la OTAN, Volodymir Zelensky, estimó en 31 mil los muertos de su país. Número que fuentes del Pentágono duplica, sin contar cientos de miles de heridos. O sea, de 85 a 170 muertos diarios, desde el 27 de febrero de 2022.

Tres. En cambio, el genocidio en la franja de Gaza, asciende a más de 32 mil muertos (y los que vienen). O sea, 206 diarios, desde el 7 de octubre. Con un pequeño detalle, que lo medios occidentales ocultan: en Ucrania hay ejércitos enfrentados, y en Gaza una limpieza étnica.

Cuatro. En días pasados, el secretario de Defensa de Inglaterra, Grant Shapps, visitó Kiev y desde allí grabó un video para convocar a los países occidentales a seguir apoyando a Ucrania. En el video, el funcionario pregunta: “¿Qué dirían si permitimos que un país democrático sea tomado por un dictador como Putin? ¿Qué dirían de nuestros valores de libertad y democracia?

Cinco. Bueno… ¿“qué dirían” quiénes? Porque algunos observaron que ni Shapps ni sus asesores, se percataron del tanque que en el video aparece detrás suyo, garabateado con cruces esvásticas y frases xenófobas en ucranio.

Seis. En entrevista a la Radiodifusión Suiza, el papa Francisco instó a Zelensky, a “tener ‘valentía’ para alzar la ‘bandera blanca’”. El pontífice romano añadió: “Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van, debes tener el coraje de negociar”. Iniciativa que el jefe de la Iglesia grecocatólica ucrania, Sviatoslav Schevchuk, rechazó desde Nueva York: “¡En Ucrania nadie piensa en rendirse!”, dijo.

Siete. Ahora bien. Como Rusia ya le ganó a la OTAN, detengámonos en la obsesión de Tel Aviv cuando califica de “terroristas” o “genocidas” a la resistencia palestina. ¿No suena a la melodía ensayada por Occidente durante la lucha anticolonial en Argelia o Vietnam?

Ocho. En los artículos siete y 13 de su carta constitucional (1988), la organización Hamas se compromete explícitamente a destruir Israel. Sin embargo, el partido Likud (fundado en 1973), que preside Benjamin Netanyahu, se opone a la creación de un Estado árabe/palestino en el oeste del río Jordán y sus militantes continúan expandiendo los asentamientos en los territorios ocupados de toda Palestina.

Nueve. En Gaza, el rabino Eliyahu Mali, manifestó: “En esta guerra santa, en conformidad con la ley judía, todos los residentes de Gaza deben ser asesinados”. Director de una escuela religiosa en la ciudad ocupada de Jaffa, el rabino se dirigió a estudiantes que sirven en el ejército de ocupación, sosteniendo que “los combatientes palestinos son los niños que se dejaron con vida en la batalla anterior”. Agregando que “las mujeres palestinas también deben ser asesinadas, ya que ellas son las que procrean a los combatientes” (sic, agencias).

Diez. Por ende, hay que ser muy cínico o hipócrita para debatir, con seriedad, el “derecho a existir” de ambos pueblos. Porque el llamado “israelí” nada tiene que ver con el judaísmo, y vale preguntarse, por ejemplo, en cuáles premisas éticas se formaron las mujeres militares israelíes que se tomaron una selfi con las ruinas de Gaza a sus espaldas (fotografía en primera plana de La Jornada, 20/2/24).

Once. El enclave militar llamado “Israel” ha sido una impostura geopolítica del colonialismo sionista occidental. Y así, desde 1948, hemos asistido a una suerte de enfrentamiento entre Mike Tyson contra desnutridos habitantes de una tierra que les pertenece y habita desde hace más o menos 4 mil años (minorías judías, incluidas).

Doce. El prestigioso general de la reserva israelí, Isaac Break, escribió en el periódico Haaretz: “De no cambiar la estrategia actual, los israelíes vivirán sus últimos momentos, hasta la próxima catástrofe”. Opinión similar a la de la socióloga francoisraelí Eva Illousz, reputada intelectual judía de izquierda, y nada proclive al discurso islamita: “Aunque la Corte Penal Internacional no pidió una interrupción de los combates, la palabra ‘genocidio’ ha quedado asociada al nombre de Israel” (revista Contexto y Acción, París, 15/2/24).

Trece. Durante la 96 edición de los premios Oscar, Hollywood consagró Zona de interés, filme número 62 mil 398 y pico que habla de campos nazis de concentración, y nos muestra el de Auschwitz con la bucólica vida familiar del jefe del campo, en medio de los gritos de los torturados por los maestros de Netanyahu y la pandilla que lo acompaña.

Catorce. Jonathan Glazer, el director, aseguró: “Todas nuestras decisiones a la hora de hacer la película, buscaban reflejarnos y confrontarnos con el presente. No para decir ‘mira lo que hicieron entonces’, sino ‘mira lo que hacemos ahora’”.

Quince. Bien dicho. Resta, entonces, que a más de aquellas 62 mil 398 y pico de películas de Hollywood acerca del nazismo, tan sólo una (reitero, na’más que una), contase lo que ahora, ahorita y ya, acontece en Palestina y la franja de Gaza.



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